15 sept 2017

Tregua y encuentro

Hacía tiempo que no vivía una noche tan breve. Todas las que sufro desde mi nuevo despertar son largas, pausadas, demasiado tranquilas. Se me escapan en el ir y venir de todos los que cruzan la calle para dejarse caer por el bar del que me he apropiado.

A veces incluso dicen que debería desaparecer por algunas horas, o días, porque podría dar mala imagen en el local. Creo que no les falta razón.

Estaba pensando en no desaparecer aquella noche cuando recibí la llamada. Parecía que por primera vez aquel acuerdo de paz, aquella tregua, empezaría a ser efectiva.

Estocolmo me parecía una ciudad horrible desde el momento en que llegué. Pero podía deberse a que estaba encerrado y limitado de la peor de las formas. Cualquier lugar me parecería horrible de haber viajado más. Mi alma, una vez tocó la carne, no está hecha para vivir sin un cuerpo mortal.

Una vez encontré lo que querían y lo pusieron a salvo, observé cómo se comportaban.

Todos habían cambiado mucho. La mujer que había sido fantasía en mis pensamientos más crueles y nombre que me robaba el sueño, ahora parecía débil, frágil y completamente desnuda sin los dos perros guardianes que había tenido como protectores. Incluso ellos parecían diferentes. Uno más asalvajado, como bestia que era; y otro más difuso, perdido en esa realidad.

Todo eso lo había destruido yo, con mis propias manos. Y un extraño placer volvió a sacudirme las entrañas. ¿Podría volver a hacerlo? Casi ha vuelto mi apetito.

24 ago 2017

Después del asalto

La noche había sido fatídica a pesar de la mejora. Ya eran las 6 y Andreas ya llevaba una hora despierto. Había cambiado el sofá por un sillón junto a su cama, donde ella descansaba. Deliraba y hablaba en sueños, todavía agitada.

Creía haberle escuchado llamar a su hija, a Sonja, pero nada más. No había vivido el asalto, pero parecía llevarlo en el espíritu. Pasó más tiempo y Andreas creía poder dormir. Su mente casi había desconectado de la realidad, cuando sintió su tacto.

Abrió los ojos y encontró a Nicole sentada sobre la cama, incorporada por fin, y tocándole una mano. No pudo sonreír, solo acercarse a ella y tocarle la frente.

Nicole esperó paciente a su examen, contemplando la suave luz que empezaba a entrar por la ventana.

- Parece que estás mejor... - concluyó Andreas, más tranquilo. Ella asintió suavemente y se estiró hacia delante, en silencio.

- ¿Y Sonja? ¿Está bien?

- Está dormida... le dije que hoy podía faltar a clase.

Nicole frunció el ceño, extrañada. Miró al vacío y su mirada vagó hasta el calendario que tenía en su mesita de noche. Cuando descubrió el día, tuvo que tomarse unos segundos hasta ubicarse. Quizás para ella había pasado más tiempo del que había podido percibir.

Al final, regresó a su marido, con algo de duda en la mirada y también recuerdos.

- Le dije que cerrara la puerta... - susurró, cerrando los ojos después. De nuevo parecía cansada, gotada.

- ¿Cuando? - preguntó él, cogiendo su mano y acariciandola con tranquilidad.

- Antes de que vinieran. Le dije que cerrara la puerta. Vosotros estaríais bien. Pero la puerta...

Fue el turno de Andreas para fruncir el ceño y mirar a su mujer. No sabía si estaba fuera de contexto o si es que simplemente tenía demasiado sueño como para entender. Mientras, ella se había vuelto a tumbar para intentar descansar.

- Puede que no vuelvan... puede que estemos a salvo...

10 ago 2017

Escapando de la bruma

Se abrieron las puertas, aumentando el caos de aquel huracán que había nacido en el sótano de aquella casa. Hubo gritos, tanto de aquellos que habían sido sorprendidos como de los que habían llegado para detenerles.

Estos últimos llegaron con armas, y al ver el portal se lanzaron con todo y contra todo con tal de detener a la última viajera. Nunca más escucharía las tres campanadas que marcaban el regreso a casa, y aquello no podía ser permitido.

Corrió la sangre de los esclavos con una violencia que hacía tiempo no era vista en aquella tierra imposible, y hasta el corazón del Dios, que todo lo observaba, tembló.

El portal se cerraba al instante que ella desaparecía, y en toda aquella agitación el círculo de la invocación había sido alterado. Era imposible seguirles. Así lo comunicó el soldado que informaba a la sacerdotisa, de la que se decía que había dejado de caminar entre los vivos.

Le escuchó con sorprendente tranquilidad, y aquel soldado podía decir que incluso sonreía. Podía estar satisfecha con todos aquellos a los que había apresado, y que serían castigados con vehemencia. Incluso cuando toda la información necesaria hubiera sido obtenida. Simplemente para asegurarse de que no olvidaran la lección.

Pero parecía otra cosa. Un conocimiento que el guardia no poseía y que prefería dejar de ese modo. Aún así, rompió su deseo, y habló.

- Sabré dónde encontrarles, no hay nada que temer. Hay un mensaje que debe ser escuchado. - decía, y comenzó a inclinarse hacia él, desde ese asiento que ocupaba, hasta quedar demasiado cerca del rostro del guardia. - Se avecina la guerra, una vez más.

21 jul 2017

No creía que podríamos volver a casa después de lo vivido. Habíamos estado nada menos que en el refugio de los que habían creado este mundo, y que creía que lo habían abandonado a su suerte.

El sofá se ha quedado algo incómodo después de tantas vueltas, y lo que creo que necesito es aire fresco. Aire de esa noche que es más peligrosa que nunca porque, ¿quién lo diría?, el mundo se acaba.

No se trata de ideologías ya, hace tiempo que quedaron atrás. Se ha convertido en una cuestión de supervivencia y es momento de apostar por el bando más apto para ganar. Porque si se acerca el Armagedón o como quiera que lo llamen... ¿habrá un mundo en el que podamos habitar, donde encontrar un lugar para nosotros?

6 jul 2017

Después de la pérdida

Había pasado como una semana desde que sus vidas se rompieran. Ya la habían despedido de forma individual, entre ellos y también junto al mundo, al menos desde ese minúsculo rincón de Estocolmo. Sin embargo, la pérdida todavía les hacía sentir vacíos.

Con esa sensación que a veces les robaba el aliento, o a veces no les dejaba pensar, habían conseguido hablar una vez más y volver a verse. Alguno había dicho de hacer algo así como una visita mensual, en la que poder concentrarse y aunque sea intentara hablar.

No todos habían demostrado el mismo entusiasmo ante esa idea, pero ahí estaban.

Falk había aparecido después de permanecer escondido unos cuantos días, para evitar nuevos incidentes. Cuando Andrea llegó, este se apartó ligeramente, mirando hacia otra parte. Daniel había sido el primero en llegar, perdido desde entonces con el paso del tiempo. Greguer fue el último en llegar, con gesto cansado y evidente cansancio.

— Buenas noches. — saludó con gesto, grave, pidiendo una bebida con un gesto de mano. — ¿Qué tal estáis?

Daniel, que pareció emerger de sus pensamientos, se encogió de hombros mientras le miraba y soltó una especie de respuesta.

— Sí... bien, creo... algo así. — concluyó, con un hilo de voz. Andrea acercó la mano a su espalda y la acarició con tranquilidad.

— Sobrevivimos. — se atrevió ella a completar, haciendo un amago de sonrisa.

— Eso es bueno. — respondió Greguer, y en ese momento un camarero le sirvió la bebida habitual con destreza, dejándoles solos una vez más. — ¿Y tú, Falk? ¿Cómo te han ido estos días?

— Mal. Y sigo preguntándome qué coño hacemos aquí, salvo perder el tiempo.

Todo el ambiente se enturbió. Podía haber declinado la invitación, pero parecía disfrutar de estar ahí y enrarecer el momento, mostrándose siempre igual de destruido. Y, por supuesto, dispuesto a destruir a los demás.

— Nuestras vidas siguen... y no tenemos por qué desaparecer entre nosotros. — aportó Greguer, intentando sonar conciliador, y no dejarse llevar por esa ira que su actitud le provocaba desde que ella no estaba. — Podemos sacar algo bueno de todo esto: esto que está pasando.

Falk ya estaba poniendo los ojos en blanco, pero esa conclusión terminó por hacerle estallar.

— No. No. Ya basta. — se puso en pie, casi tumbando la silla sobre la que había estado sentado. — Esto es una gilipollez. No hay nada bueno de todo esto. Solo podemos seguir respirando. Daniel es listo y ya ha empezado a volver la cabeza. Pero no voy a colaborar con esto ni a dejarme llevar por jodidas fantasías. — dijo señalando a Andrea, que habría empalidecido de poder, pero sí tensó su expresión. —A la mierda.

Y salió del bar, dejando atrás las ruinas de lo que fue su vida.

30 jun 2017

Andrea + Sonjaine

Cuando miro al cielo, ya sea en el núcleo de Estocolmo o en un claro en los bosques colindantes, me siento pequeña, insignificante. Suelo huir de esa sensación, me incomoda y me hace pensar en el final inevitable.

Pero hoy, esta noche, la he buscado, la he necesitado.

Mientras sentía que me ahogaba en el dolor y en su ausencia, necesitaba sentirme insignificante para el resto del mundo, prescindible incluso para mí. Si me centraba en esas sensaciones, dejaría de doler, de sangrar.

No funcionaba, y casi me aferraba a cualquier cosa que me pudiera alejar de toda aquella despedida. Sentía que era un error, estando rodeada de toda esa gente que la extrañaría pero que nunca sabría como era realmente. Con todo era allí donde debía estar. Por Lena, por Sonja, por Falk. Por Dasha, después de todo.

Por eso no esperaba encontrarla a ella.

Fue como un bálsamo, frío para este fuego que debería consumirme pero no me hace morir. Fue extraño, pero la situación lo hizo posible. No quería dejarla escapar. Ahora que marchamos para dejar a Lena en algún seguro hasta que se recupere, pienso si debería haberla presentado a los demás, para comprobar si surtiría un efecto parecido.

Quizás podríamos sanar junto a ella, mientras descubrimos qué es lo que la hace tan posible.

Mientras pasan las horas, descubro que mi miedo por no entender qué me estaba haciendo ha cambiado para ser el miedo a no volverla a ver.

26 jun 2017

El bosque estaba en silencio, tan denso que alteró el sueño de Erinn, que por una noche había intentado dormir. Al menos eso creía cuando despertó, sin recordar que sus recuerdos se habían alterado.

Lentamente se incorporó, y encontró la mirada de Nemus cargada de miedo. Él también había notado algo. Se levantó y se giró, mirando hacia el bosque. En algún punto en su interior parecía estar el núcleo de lo que podía ser un tornado.

Caminó en solitario hacia el lugar, de donde surgía aquella luz que no pertenecía a ese mundo. Vio como aquella mano surgía de ese círculo, la alzaba y la llevaba a ese mundo del que tanto quería huir... y que por una razón que no terminaba de entender, no dejaba de buscar.

Aquella invasión a Argonath lo había paralizado, y apenas tuvo tiempo a reaccionar. Salió corriendo para intentar retenerla, pero ya había desaparecido. Desde el suelo, donde había caído sin conseguir atraparla, pudo ver como la luz se intensificaba por momentos... hasta desaparecer en un golpe de fuerza que lo empujó hacia atrás.

Atravesó el aire hasta chocar contra un árbol, y de fondo solo se escuchaba la naturaleza que por fin se manifestaba ante aquello que estaba ocurriendo.
Preso del dolor por el impacto, tardó unos largos segundos en incorporarse. Solo podía pensar en volver a la zona y encontrar a Catherin, quizás inconsciente, ya arrepentida por haber jugado con esas fuerzas superiores.

Pero solo encontró los restos de aquel acto impío, y sintió que la esperanza se le escapaba. Las lágrimas, contenidas en tantas ocasiones ante tantos eventos que casi lo habían destruido, brotaron por fin. Se inclinó hacia delante, cubriéndose el rostro, y buscó algo a lo que aferrarse en su corazón.

No lo encontró, y comenzó a hundirse en la desesperación. La idea de que hubiera sido atrapada, quizás para no volver, provocó un grito imposible de contener.
El bosque volvió a sacudirse, lamentando quizás haber perdido a alguien que buscaba la esperanza para ese mundo.

1 jun 2017

Los muros seguían siendo elevados sobre la tierra de Dalanvor, destruyendo mientras eran construidos la promesa de unión entre naciones y todas las criaturas vivas que allí habitaban. Si los Dioses les habían abandonado, estaba claro que también estaban rompiendo esas enseñanzas.

Esos eran los pensamientos de Morrow mientras observaba cómo se afanaban sus obreros, a toda prisa y en ocasiones con accidentes. En el horizonte, siendo atraídas por nubes cargadas de agua y también de malas noticias, llegaban unas espesas nubes.

- Así tardarán más en volver.,, - susurró, pensando en los Dioses.

Una doncella, detrás de ella, interrumpió la recogida del que había sido el almuerzo y alzó la cabeza.

- ¿Decís, milady?

Morrow fue interrumpida, y con casi la misma velocidad descartó el hecho de llamar su atención. La doncella comprendió que no eran palabras dirigidas a ella y siguió con su tarea, hasta poder terminarla y retirarse.

No eran las únicas presentes en la sala.

Sentado en uno de los sillones que habitaban allí, el que era por ahora y a saber por cuanto tiempo encargado de la seguridad de la ciudad y protector de los llamados Muros de Esperanza leía. Leía cuanta palabra tuviera por delante.

La emperatriz le entregaba de tanto en tanto algunos de los informes que le llegaban directamente a sus aposentos, de fuentes no conocidas por el resto pero de confianza. No podía permitir que pasaran por otras manos, para el cambio o la omisión de información. Y aquel hombre necesitaba conocer lo que sucedía para poder actuar en consecuencia.

La confianza en aquellos momentos era un bien preciado y difícil de encontrar, o más bien regalar.

Eran varios pergaminos, que pasaba de mano a mano, contrastando información. Algunas piezas no encajaban, o había más información en algunos escritos que en otros cuando se trataba un mismo tema. Era frustrante. Nunca sabías cuando tenías todas las herramientas a tu alcance.

Por fin, el protector de los Muros terminó de leer. Se cubrió los ojos mientras duraba un largo suspiro, quizás cansado de tan agotadora lectura. Después, miró a su emperatriz, que esperaba algún tipo de reacción con gesto aburrido.

- Las noticias que llegan a vuestras manos son cada vez más inverosímiles.
- Lo sé. - se limitó a responder ella.
- Ciudades prisión, cada vez más seguidores de la reanimación, cuyos maestros cobran cada vez más influencia... esa bestia marina que devora navíos... ¡es imposible!

Eso último fue un gesto exasperado, no sabía hasta qué punto le había afectado esa pasividad de Morrow. Ya había leído esa información, sí, pero reaccionaba como si hubiera leído pura ficción.

- Algunas de mis adivinas ya me habían informado de algunos de estos eventos...
- Sabéis que esas artes están prohibidas y condenadas...
- Claro, pero nadie debería darse por enterado.
- Yo mismo debería informar.

La mujer se giró, para observarle, como midiendo esas palabras. ¿Eran reales? ¿Lo haría? ¿Aumentaría la ya pesada carga que llevaba consigo? Ante esa mirada, el protector se rindió y dejó paso a la curiosidad.

- ¿Y bien? Contadme la más escalofriante de esas profecías. Porque dudo que vieran algo bueno en todo esto.

Ella hizo memoria, buscando en sus recuerdos... y no tuvo que esperar demasiado. Había escondido aquella sensación, ese escalofrío que volvía a sacudirla, lo más profundo posible... que por desgracia no era demasiado.

- Me hablaron sobre muertos que caminaban. Caminarían hacia mi hogar. - susurró.

El protector, que se había acercado a ella mientras recordaba, pudo escuchar esa confesión. Ambos miraban ahora por la ventana, hacia el horizonte, hacia el este. ¿Estarían en camino esos muertos? ¿Atravesarían los Muros de la Esperanza? ¿La buscarían a ella?

20 may 2017

Llegaba el momento de volver a zarpar. Sobre el mar. Y también recuerdos antiguos, muy antiguos.

Quién sabe si mi vieja embarcación es ya una tumba o una ruta para los peces en las profundidades. Ahora dirijo un nuevo barco hacia nuevos destinos, deseando en cierto modo no tener que hacerlo nunca más. He viajado tantas veces buscando algún rastro, esa mirada sobre la mía, que abandonar mi último asentamiento tiene la sensación del fracaso.

Ahora que lo sé, no puedo creer que haya muerto.

Lo contemplé como una posibilidad tan lejana, tan remota... que no caben en mí todas las emociones que me produce saberlo.

Tengo ahora sus ojos, que me miran con intriga desde la cubierta, mientras pongo rumbo a Dalanvor. Sin embargo, inspiran cosas tan diferentes.

Veo dolor, veo desesperación. También dudas. Y una esperanza que lucha por mantenerse con vida a pesar de todo lo que estará ocurriendo en su vida. Nunca lo sabré pues nunca formaré parte de sus caminos, solo alguien de paso, como este viaje.

Y con todo, no sé cómo reaccionará, cómo sobrevivirá a lo que está sucediendo, gestándose por así decirlo, en el lugar hacia el que va.

Los Dioses, o eso decían, nos habían abandonado otras veces. A veces se duermen, o bien se aburren de nosotros, y el mundo sufre la sombra que produce su ausencia. Sin embargo, esto parece diferente. Es como una plaga, una podredumbre que llega desde el interior. Desde las profundidades de la tierra de Argonath, y se extiende sin que nada pueda pararlo.

No sé su destino final... pero espero que sobreviva para contarlo, para ver a sus seres queridos antes de que nos sumamos en esta oscuridad que se extiende.

19 may 2017

Dejarse caer a una oscuridad cada vez más intensa. Así debe sentirse el ahorcado, el que está a punto de llegar al suelo tras una larga caída, el que se envenena, el que se abre surcos en la piel o el que se apuñala directamente en el vientre durante sus últimos momentos antes de que la muerte bese sus labios y le invite a bailar eternamente a su lado.

El arrepentimiento llega siempre que es demasiado tarde, pero en este caso pude permitirmelo sin que la arena del reloj dejase caer su último grano en el fondo. Nunca un abrazo había sido tanto el sinónimo de vida cuando él decidió interrumpir aquel acto que acabaría conmigo. Y bendita interrupción.

Pensé en decirle "lo hago por ti, para que recuperes al amor de tu vida", aunque también lo hacía por mí, por volver a verle con esos aires de grandeza o tomando una o dos botellas de vino posiblemente robado. Pero no quería hacerlo. No cuando comprendí lo que todo ello suponía.

Deseo vivir, maldita sea. Necesitaba que los Dioses apretaran menos porque en ese punto en el que me encontraba no había otro camino más que ese. Y parece que escucharon mis súplicas. Ahora incluso me atrevo a respirar de alivio. A ver el final de este viaje, regresando a casa portando buenas noticias o al menos, con ausencia de malas noticias.

Quizá sea cierto, que como el suicida ansía otra oportunidad, cometí el error de ser descubierta. Solo espero que él no me odie y comprenda que en ocasiones la locura me vence.

Ya falta menos, los lazos entre todos nosotros se hacen más fuertes, y puede que incluso se nos una un nuevo compañero de viaje. Habría que hacerle consciente del riesgo que supone antes de que se atreva a decir que sí. Con o sin él, lo lograremos.

¡Hacía tanto tiempo que no me atrevía a reír de júbilo!
Y me muero de ganas, sí... Me muero de ganas de volver a casa, con Sol y decir a todo el mundo: ¡Maldita sea! ¡Os lo dije!

10 may 2017

Tirsa:

Estar en el camino es algo que ayuda a dejar de pensar. Quedarme quieta, en la aldea que había considerado mi hogar, había dejado de ser una buena opción desde hacía un tiempo.

Sabían que me encontraría, se lo dije a todo aquel que quiso escucharme. Al final, como siempre había sucedido en nuestra historia, acabaría encontrandome. Y si viajando podía hacerme menos localizable para él, para sus artimañas y su manipulación de la realidad... tenía que intentarlo.

El viaje al menos, como constato mientras bromean y cantan en los momentos de cena y otras reuniones... me hacen sonreír y pensar menos en el terrible sino que me espera.

Erinn:

Viajar no es lo mío. Me dediqué en cuerpo y alma al Archivo, al estudio y a la investigación precisamente para evitar estas incomodidades. Tengo que evitar chasquear la lengua de pura incomodidad a cada traba del camino, y son muchas en número, demasiadas quizás.

La compañía al menos ameniza. Y siento que con Catherin las asperezas que hemos desarrollado podrían desaparecer. El roce hace el cariño, ¿no era cierto? Quizás podría eliminar esas resistencias, derribar esos muros que ha erigido no hacia mí, si no alrededor de mi persona y todo lo que tenga que ver con ella.

Sueño con el día en que no sea una presencia incómoda.

Iefel:

Su recuerdo me sigue como mi propia sombra. Allá donde vamos, objetivo que perseguimos... tiene asociado un recuerdo para él. Incluso hay veces, que en las situaciones más cotidianas, en las que casi alzo la voz para llamarle y pedirle algo.

Por suerte creo que nadie me ha escuchado. No podría soportar la pena y la lástima en los ojos de Catherin.

Creía que este viaje haría algún bien a mis tribulaciones, que son grandes. Pero solo estoy encontrando recuerdos que había apartado, pues se habían quedado en los caminos. Quizás por eso cante, para no pensar. Al menos, tengo una compañera que me sigue con el mismo entusiasmo.

Nemus:

¡Oh! Que bonita ciudad. ¡Oh! Que bonita flor... ¡Oh, que bonito pájaro! ¡Oh! Que bonita roca...
Hacía mucho tiempo que no dejaba la seguridad del hogar. Es irónico porque desde que llegué nunca he tenido eso. No deseaba este viaje bajo ningún concepto. Estaba aterrada, y de hecho lo sigo estando. Sin embargo sentir de nuevo la emoción del camino, contemplar otros paisajes, el peso de las provisiones a mi espalda, las noches sobre el duro suelo y la sensación de comodidad al llegar a la cama de una posada y pensar: "¡Oh Dioses! ¡Es la mejor cama en la que he dormido jamás!" Y siempre es mentira, pero realmente se siente así. Degustar alimentos de otros lugares, beber hasta sentir que el suelo tiembla bajo los pies, cantar todos juntos durante el camino, callar cuando se prevé una posible amenaza, reír de alivio al descubrir que no era tal cosa o defendernos si lo fuera... Y por supuesto, la compañía.

No mentí al decir que cada uno de ellos era la mejor compañía, siempre lo han sido. Cada uno a su manera hace los viajes diferentes y únicos. Mi padre, por ejemplo, solía hacerlos de forma muy enérgica, no te daba la oportunidad de cansarte o rendirte. Mi hermano era el punto medio, siempre razonando qué hacer en casa circunstancia. Noruber con su habitual calma y esa capacidad de tranquilizar a todos. O Sol... haciendo de cada viaje una nueva aventura difícil de olvidar.

Ahora viajo con él, aunque nadie lo sepa. Iefel también viene con nosotros aportando sus experiencias en los viajes. El resto, tres personas nuevas. No en mi vida, sí en caminos. Tirsa y su fuerza, temperamento e impulsividad. Erin con sus misterios y todo su conocimiento. Y Nemus, calmado pero presente en todo momento. Es como si, a pesar de todo el tiempo que ha transcurrido desde que nos conocemos, no hubiéramos tenido que compartir pasos hasta este momento, por alguna razón. Los cuatro son muy buena compañía, y ojalá siga siendo así.

Deseo estar equivocada y que esos dos individuos no estén siguiéndonos. Pero si no son ellos, o al menos uno de los dos, ¿quién si no iba a gastarme una broma de tan mal gusto? ¿Quién querría impedir que llegásemos a nuestro destino? Solo ellos. Lord Ventar y Melisssndre. Las dos personas que más odio. Quizá es por eso. Ellos lo saben. Saben que estoy a un paso de condenar mi alma eternamente. Saben que ya no soy tan inocente. Que soy irascible y protegeré a quién sea cómo sea. Es eso, no solo quieren impedir que lleguemos. Si los Dioses me condenan, tal vez será demasiado tarde. Y dudo ser capaz de impedirlo por mucho más tiempo.

5 may 2017

La introducción de un nuevo miembro en el Archivo no era algo habitual. Hay toda una jerarquía en la jerarquía que designan a los buscadores, miembros que se dedican a comprobar quién de entre todos los documentos ha aportado considerables informaciones.

Si se ha dedicado a viajar y a recopilar tanta información, quizás sería más útil que informase directamente al Archivo y gozase de todos los privilegios que tengamos para esa persona.

Por todo esto, los beneficios y el tiempo que conlleva introducir a un nuevo miembro, es un privilegio que está fuera de mi alcance. Aún así lo intenté.
Me presenté a mi consejo asignado y expuse mi propuesta. Tenía muchos motivos para creer que era su lugar, donde podía estar segura de tantos riesgos que tenía en su vida. Y querían saber cómo reaccionaría ella ante la posibilidad.

Me recomendaron cautela, que no desvelara totalmente la existencia del Archivo. No sabían todo lo que ella conocía... y creían que podría tentarla con el misterio. No jugaría con esa carta a mi favor, pero no significaba que fuera un fracaso desde inicio.

Y no se lo pensó. El fracaso llegó, sin apenas meditación. Simplemente se negó a acompañarme a lo que podía ser el mejor lugar para estar protegida y desplegar todo su conocimiento para la causa más común de todo Argonath.

Creía que la tendría por una vez, más cerca que otros, más unida a mí que nunca en todo el tiempo que dura nuestra amistad. Siento que mis puños se aprietan con gran fuerza, haciendo un gesto que no deseo. Demasiada rabia contenida por un sentimiento que no me pertenece.

Supongo que seguiré mirando al horizonte, buscando ese poder que no me pertenece, el control que de mí huye y encontrando las palabras que me hagan olvidar.

27 abr 2017

"Los Dioses tienen puestos los ojos sobre ti."

Esas palabras reverberan en lo más profundo de mi mente, como un mantra. Se juntan, se mezclan con otras. Recuerdos, hechos vividos y leídos.

"Un demonio se mata con otro demonio."

"... Pero Vaarmut no ha muerto."- Me digo a mí misma, a lo que mi voz interna me responde sin piedad.

"Es cierto. Es peor aún. Está condenado a caer eternamente."

"Un demonio se mata con otro demonio."

Pero yo no soy un demonio. No he cruzado esa línea ni tengo intención de cruzarla.

"Los Dioses tienenn puestos​ los ojos sobre ti."

¿Qué significa eso? ¿Que simplemente lo están planteando y puede ocurrir en cualquier momento? ¿O que al próximo paso en falso que dé procederán a maldecirme?

"Aquellos que presencian la prisión del Dios de la Luz serán malditos con una vida de desgracias."

"Los Dioses tienen puestos los ojos sobre ti."

"Un demonio se mata con otro demonio."

"... una vida de desgracias.", "... sobre ti.", "... con otro demonio."

Y un último pensamiento. No sabría decir si es la voz de mi padre, o la de Sol. O si es una mezcla de ambas y al mismo tiempo ninguna de ellas.

"Estás destinada a grande cosas... a grandes y terribles cosas."

23 abr 2017

El aroma del chocolate caliente inundaba por completo aquella biblioteca llena de libros antiguos cuyo perfume se mezclaba con el elixir. Carl sujetaba la taza y la colocaba cuidadosamente sobre las manos temblorosas de Clarice. Ella observaba el vacío con los ojos aún enrojecidos por las lágrimas. Carl, paciente, se sentó a su lado y aguardó durante unos minutos hasta que no pudo callar por más tiempo.

- No deberías volver a entrar ahí.- Le dijo del modo más calmado que pudo.-Y no es que sea el consejo de alguien que sabe más que tú, pero te veo sufrir.

- Debo hacerlo, por Lili.- Respondió Clarice con voz cansada y grave.

- Tiene que haber otro modo. Esa muchacha, Era, ¿no conocía los enredos de la curación?

- Era teme volver a perder a su Daemon. Y es lógico, sobre todo con la amenaza de esos seres que aparecen al mínimo rastro de magia. No, no quiero ponerla en peligro.

- ¿Y a ti sí? Si tus haces magia tras haber conseguido aprender la Esfera de la Vida, esos seres podrían darte caza.

- No si cerramos los portales.- Aseguró ella.

- No sabemos si ese plan completamente de locos va a funcionar. No me fío, Keira. Y esa sala es sádica. Debe haber otra manera.

- Pero no sé cuál.- Cortó Clarice, frustrada, dejando el chocolate sobre la mesa.- Tengo que hacerlo, por mi hija. Aunque tenga que revivir la muerte de mi marido mil veces, o la huida de mi hogar, o incluso el dolor que sentí cuando Morton...- Suspiró, triste, secándose las lágrimas que volvían a aflorar. Carl apartó la mirada, dolido.- Tú tienes una hija. Apuesto lo que sea a que harías lo mismo. Apuesto que no te importaría revivir su muerte.

-Basta, por favor.- Pidió Carl, temblando por ese recuerdo que no soportaba revivir.

- Lo siento, no pretendía herirte. Solo... necesito que lo entiendas, Carl.

- Está bien, lo entiendo, pero déjame ayudarte, por favor.- Imploró, derrotado.

Ella únicamente colocó la cabeza sobre el hombro de Carl y suspiró.

- Ya lo haces.

26 mar 2017

Noches con Einer

Descubrir mundos, a través de las experiencias y vivencias de otros, siempre es apasionante. Pero nunca imaginé descubrir algo como el pequeño y a la vez gigantesco universo de Einer.

Sabía que todo cambiaría conforme conocía a personas, modos de vivir, lenguajes, formas de expresión. Pero no esperaba que fuera algo así.

Cuando salimos a caminar, aunque sea solo para sentir el aire fresco de las noches de Estocolmo, él me señala aquello que rompe con mi realidad. Dice que es difícil para él, porque ya está acostumbrado a verlo, le es natural, está integrado en su visión. Pero se adapta para mostrarme lo que cree que necesito saber.

Me aterra a la vez que me fascina. Y a la vez le añade un factor de riesgo, porque si Dasha lo supiera... quizás intentaría lanzarle por la ventana, aunque supiera, según declara él, que apenas le dañaría.

Y con todo, ahora soy capaz de ver cosas antes de que él me las señale. Al principio se sorprendía, pero ahora solo sonríe y espera con entusiasmo a que yo detecte lo irreal, lo extraño, lo ¿sobrenatural?

Pasan tantas cosas durante esas noches, que apenas puedo recordarlo todo. Lo que no puedo olvidar es la conversación que tuvimos, mientras compartíamos una botella de agua, y permanecíamos sentados en la acera en la búsqueda de estrellas en el cielo.

- Si ves todo esto por todas partes... no me extraña que parezcas siempre enfadado. En realidad estás asustado, ¿no?

Einer sonrió, y dejó de buscar estrellas. Yo me sentí insegura, sintiendo que había tocado hueso... y podía estropear el momento. Al final, asintió. Parecía haber estado buscando la respuesta en su interior.

- Y con mi hermana no debe ser fácil. - dije finalmente, siguiendo con el tema.
- Ella ha demostrado ser digna como tu guardiana. No hay palabra que pueda cruzar en su contra ya.

Asimilé el significado, y también miré hacia el suelo.

- Creo que no te arrepentirás de confiar en ella.

22 mar 2017

Cayó para no despertar en un tiempo. Se formó el caos aquella noche. Los pequeños, al descubrir lo que había pasado, se sentaron juntos y nos miraban a todos con miedo, como a desconocidos. Como si temieran que fueramos sombras que imitaban a sus seres queridos y que fueran a desaparecer en cualquier momento.

El único que parecía mantener la calma era el maldito mago, Sol, y al final acabó contagiándome su tranquilidad. Quizás haya experimentado en sus carnes demasiadas veces lo que es estar en situaciones parecidas, y no tema por mi hija.

Comienzan a parecerse demasiado, opinaría si alguien me preguntase, y eso me asusta más de lo que quiero admitir.

Por recomendación de Xanos, hemos tenido a bien separarlos a la pareja. No sabe ni tampoco yo quiero saber qué consecuencias tendría para Noruber el saber que la mujer con la que comparte su vida se ha desvanecido, todavía encinta además, para no despertarse en mucho tiempo.

¡Si incluso Iefel amenaza con seguir sus pasos! Apenas se recupera entre desmayo y desmayo.

Esta familia se cae a pedazos, cada vez lo tengo más claro, como las construcciones de Noruber si sigue moribundo. Muchas cosas están sucediendo y no siempre encuentro una cohesión, una explicación que me sea satisfactoria. Como si estuviera perdiendo hilos de toda esta historia...

9 mar 2017

- Te dije que no debías decírselo.
- Creo que necesita ver una salida, o al menos, una meta a la que no quiera llegar.

El doctor, el sanador de la aldea que no dejaba de crecer, se mantenía apoyado en uno de los sillones del cálido salón. De forma algo tensa, mantenía las manos fuertemente apretadas en el respaldo del mismo, mientras observaba a su interlocutora.

Aquel sitio se había convertido en lugar de encuentro habitual, en los que habían habitado las conversaciones más triviales y también las más tensas. Como aquella, que encajaba en el último grupo.

Benko le observaba, esperando una respuesta, mientras daba un suave sorbo de su copa. No era el mejor vino que había probado, pero se dejaba beber.

- Conociéndola como la conozco, te diré que esto la llenará de temor. Y que puede precipitarse a esa misma expectativa intentando evitarla.

- Puede que no la conozca tanto, pero si durante toda su vida ha intentado algo y ha ido a peor, habrá que intentar cambiar de método. - razonó ella, poniéndose en pie.

Con calma, tomó la botella y rellenó la copa de su compañero, que había bebido de un trago la primera invitación. Decisión que Benko ya sabía errónea por cómo le sentaría en un futuro no muy lejano, pero era su modo de actuar cuando estaba nervioso... y empezaba a apreciar sus costumbres y gestos.

Una vez estuvo servido, él dejó de aferrar el sillón para tomar la copa y sentarse al fin.

- Puede ser, puede que funcione.

Benko sonrió y se sentó en el brazo del sillón que ocupaba Xanos, con calma.

- Todos sabéis que es fuerte, pero esconde mucha más fortaleza incluso. No caerá.

El doctor asintió, mientras miraban, sin saberlo, a la hoguera al mismo tiempo.

1 mar 2017

Este viejo y gris mundo sigue siendo tan horrible como siempre. Desprovisto de pasiones, de vidas, de almas que merezcan la pena salvar. Puede que ahora se convierta en nuestra tumba, y eso me acongoja aunque nadie lo sepa. Quizás alguien comparta mi temor.

Caminamos hacia el horizonte que nunca cambia. Mi mente, siento que tiembla ante la falta de luz, ante la ausencia de un cielo que cambie en colores.

Tampoco puedo sacar de mi cabeza las preguntas... que surgirán cuando volvamos a casa. En esta pequeña hoguera que nos hace localizables más que darnos calor reflexiono, todas las situaciones posibles se recrean en mi mente. ¿Cómo explicarle a mi hija que la persona con la que decidió compartir su vida ya no está? ¿Cómo evitar que se sienta culpable? ¿Cómo decírselo a mis nietos? ¿Cómo hacer para que ella no se quite la vida?

Hemos pasado por tanto... Y a pesar de la calma que parecemos vivir en nuestra aldea, nuestro nuevo hogar, sé que ella ha atravesado grandes tormentas que le han dejado mella. Algunas de ellas que yo mismo desperté, lo que me llena de culpa.

Miro a esa estrella de piedra, sobre nosotros, y me pregunto si emitirá calor, el calor que espero encontrar en mi interior para superar todo esto.

Pero antes de todo eso, necesito encontrarla, y viva.
A veces despierto, y no sé por qué motivo estoy segura de que no son sueños. Tal vez una persona normal, no acostumbrada a viajes interiores, lo tomaría como sueños. Yo no. Yo veo la realidad. Y cada vez tengo más miedo, más ira y más dolor.

No sé qué es lo que está pasando ni lo que mi familia está haciendo en estos momentos, pero... tengo una terrible sensación en el pecho, y no solo por el hilo que permanecía tenso con riesgo a quebrarse. No, es mucho peor. El por qué de esa imagen de Noruber.

No... no era solo una imagen. Era él. Era una despedida. De pronto, he dejado de sentirle. Antes no era consciente de que le sentía, pero ahora que no está, puedo sentir que ha dejado de existir. Y no he podido hacer nada.

Quisiera poder gritar, poder despertarme y aniquilar a todo ser viviente que cruce mi camino hasta poder llegar a una maldita respuesta. Pero no puedo, estoy atrapada. Y eso me hace sentir aún más rabia. Me duele el corazón, tanto que creo que está empezando a podrirse.

Y para rematarme en mi dolor e impotencia, otra muerte. Esta vez, causada por mí misma, por mi desesperación. Casi podría sentir la sangre corriendo por entre mis piernas, si no fuera porque mi maldito cuerpo está paralizado.

¡NO! ¡NO PUEDO MÁS! ¡QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUÍ!

Zandhur... él podría ser la respuesta. Mi conciencia está inhibida, la suya tal vez tenga una oportunidad en mi pobre cuerpo. Sobrevivir no es mi única meta. No. Ahora, quiero arrasar con todo. Quiero saber cómo él toma mi cuerpo, cómo lo utiliza para aniquilar cualquier obstáculo.

Cuando seamos libres, dejaré que la sangre corra.
Ya no me importa el precio de la libertad.

22 feb 2017

Atrapada

Los aires de grandeza que hace poco empezaban a soplar a mi favor acaban de desaparecer por completo. Creo que nunca he sido una persona con excesiva estimación en mí misma. Ahora empezaba a creer que realmente podía hacer cosas, que tal vez sí que era más poderosa de lo que pensaba.

Pero el destino, puede que advirtiéndome de que estaba empezando a seguir los pasos de mi madre, o quizá castigándome por mis pecados, me ha derrotado. No pensé que ese intruso sería tan poderoso. No pensé que tal vez, debería haber gritado antes. Que tal vez en ese momento, a pesar de no saberlo, estaba sola frente a dos seres superiores a mí.

Fue una derrota silenciosa. Los tres hogares, sin emitir ningún sonido. Mis ataques, también suaves para no perturbar el sueño de aquel lugar. Los de ellos, más fuertes, creo. Quizá me parecía que se escuchaban en toda la aldea porque el dolor era insoportable. Pero creo que ni mis gritos llegaron más allá de los jardines de la colina.

Y al despertar de mi oscuridad, contemplo con horror que, desde luego, era imposible vencer. Si Sol nunca lo logró, nunca consiguió escapar de ese lugar por sí mismo... ¿por qué iba a hacerlo yo?

Ahora me queda esperar a que estrujen hasta la última gota de mi poder. Me duele la cabeza, o tal vez no. Este estado de semiinconsciencia me aterra. Estoy, existo, siento, despierto, pero al mismo tiempo, no estoy, no existo, no siento, no despierto.

Y pensaría que solo puedo lamentarme, pensar en ellos, esperarles incluso. Pero no. He dejado de existir.

21 ene 2017

La marcha pronto estará lista.

El lugar que ha sido hogar de la primera revolución se ve tan diferente. Hogares han sido derribados, familias han sido separadas por la muerte o el miedo. Pero seguimos en pie.

El hogar de los que fueron grandes, la temible familia Bentar, es ahora nuestro objetivo.

Desde que la mujer que fue nuestra fuerza muriera, nada ha sido lo mismo. Ya no hay calma y esperanza. Ahora encuentro más rabia en nuestros corazones. ¿Ha cambiado eso nuestra forma de luchar? ¿Ha cambiado nuestra forma de ver el mundo? ¿Ha cambiado los límites, el lugar hasta el que nos atreveríamos a llegar?

Las dudas me asaltan, pero sé que puedo contra ellas. Por el momento, agradecería la interrupción de aquella aliada que marchó y ahora esperamos. Dicen que no va a volver, que fue solo el momento de alguien que en el pasado fue poderoso y buscaba limpiar su conciencia. Yo quiero creer. Por última vez quiero creer.

Nuestros espías han enviado mensajes de esperanza hacia nuestro destino. El escenario está preparado. La rebelión se ha gestado, solo esperando a salir a la superficie. Nuestro ejemplo ha inspirado a otros.

Marcharemos, venceremos. Abrirán las puertas al enemigo que tiene los días contados. Aunque hay temor, no podría haber mejor augurio para nuestra lucha. Nuestra liberación.

11 ene 2017

Fuera del mar

La tranquilidad con la que se me había bendecido durante estos escasos días tocaba su fin. Una vida normal, solo atendiendo a mis hijos, intentando recuperar a Noruber después de esa traición. Podría haberme mantenido así, centrada en él, en mi familia y en mi causa. Esos serían mis mayores problemas.

Sin embargo, optar a eso significaba dejar morir a una criatura que se sacrificaba por nuestro bienestar en el mar de mi alma. No podía permitirlo, no soportaría dejarle morir. De modo que, a pesar de saber que esa opción volvería a traer problemas en mi vida, volvería a traer la tentación que ya ha sido probada y plenamente disfrutada... tenía que encontrarle.

Y por fin le tengo a mi lado de nuevo. Debo reconocer que extrañaba su voz en mi mente, su cinismo, sus abrazos. Ahora tenemos que ser distantes, y duele. Duele mucho. Sobre todo, su rechazo hacia esa criatura que juntos hemos creado. Sabía que no le importaría en absoluto, pero confirmarlo me hizo sentir tremendamente sola. Me hizo sentir el dolor de su propio hijo al verse renegado de su padre. Me hizo tener ganas de desaparecer para siempre de su vida para que nuestro hijo nunca tenga que conocerle.

Ahora me siento extraña, incómoda. No sé cómo explicarlo, es... no saber cuándo él nos está escuchando a mí y a Noruber. Es recordar aquello que hicimos. Verles casi al mismo tiempo. Como si yo no formase ya parte de mí y fuera Zandhur el dueño de mi cuerpo y mente.

Nunca podría explicar esta confusión, este dolor. Pero es a lo que me he arriesgado para que su alma no se consuma para siempre.
Tal vez todos tengan razón y nunca pienso en mí misma. Que debería ser más egoísta.

Supongo que es hora de aprender a serlo.


4 ene 2017

Mientras duraban las noches, he tenido mucho tiempo para pensar. Cuando el frío te paraliza hasta que apenas sientes los dedos, tu mente se aleja para soñar con mejores momentos. Echaba de menos despertarme en el calor de casa y saber que los pequeños dormían bajo mi techo. A lo mejor paseaban medio dormidos, quizás para cambiarse de cama o invadir la de alguno de sus hermanos.

Mientras, ella dormiría sin interrupciones hasta que estuviera bien alta la estrella. Su rostro descansado era algo con lo que sonreír cada mañana.

Ahora no están demasiado lejos, pero siento que me lo han arrancado todo de entre las manos. Los quiero a mi lado, puedo verlos frente a mí, pero ese dolor que tengo dentro es casi como una enredadera y espinos que me impiden llegar. Intentar atravesar ese muro ni siquiera me dejaría vivir. Podría intentarlo, pero me da tanto miedo que duela tanto como la primera vez, cuando me lo decía.

Había hecho acopio de valor, sí, pero no deja de sorprenderme la frialdad con la que podía decirlo. Después llegaron las lágrimas, pero mientras tanto… Supongo que la admiro por haber tenido el valor de decirlo, pero desearía que nunca lo hubiera hecho.

Ahora suena el mar. Las olas cobran fuerza al morir sobre la orilla, y vuelvo a aquella cabaña, a aquellos compañeros, a aquella masa de agua que parece infinita y que me aterroriza cuando pienso en subir a la barca. Ojalá ella estuviera aquí y me abrazase en sueños. Olvidar la realidad y vivir en esa pequeña fantasía.