10 may 2017

Hacía mucho tiempo que no dejaba la seguridad del hogar. Es irónico porque desde que llegué nunca he tenido eso. No deseaba este viaje bajo ningún concepto. Estaba aterrada, y de hecho lo sigo estando. Sin embargo sentir de nuevo la emoción del camino, contemplar otros paisajes, el peso de las provisiones a mi espalda, las noches sobre el duro suelo y la sensación de comodidad al llegar a la cama de una posada y pensar: "¡Oh Dioses! ¡Es la mejor cama en la que he dormido jamás!" Y siempre es mentira, pero realmente se siente así. Degustar alimentos de otros lugares, beber hasta sentir que el suelo tiembla bajo los pies, cantar todos juntos durante el camino, callar cuando se prevé una posible amenaza, reír de alivio al descubrir que no era tal cosa o defendernos si lo fuera... Y por supuesto, la compañía.

No mentí al decir que cada uno de ellos era la mejor compañía, siempre lo han sido. Cada uno a su manera hace los viajes diferentes y únicos. Mi padre, por ejemplo, solía hacerlos de forma muy enérgica, no te daba la oportunidad de cansarte o rendirte. Mi hermano era el punto medio, siempre razonando qué hacer en casa circunstancia. Noruber con su habitual calma y esa capacidad de tranquilizar a todos. O Sol... haciendo de cada viaje una nueva aventura difícil de olvidar.

Ahora viajo con él, aunque nadie lo sepa. Iefel también viene con nosotros aportando sus experiencias en los viajes. El resto, tres personas nuevas. No en mi vida, sí en caminos. Tirsa y su fuerza, temperamento e impulsividad. Erin con sus misterios y todo su conocimiento. Y Nemus, calmado pero presente en todo momento. Es como si, a pesar de todo el tiempo que ha transcurrido desde que nos conocemos, no hubiéramos tenido que compartir pasos hasta este momento, por alguna razón. Los cuatro son muy buena compañía, y ojalá siga siendo así.

Deseo estar equivocada y que esos dos individuos no estén siguiéndonos. Pero si no son ellos, o al menos uno de los dos, ¿quién si no iba a gastarme una broma de tan mal gusto? ¿Quién querría impedir que llegásemos a nuestro destino? Solo ellos. Lord Ventar y Melisssndre. Las dos personas que más odio. Quizá es por eso. Ellos lo saben. Saben que estoy a un paso de condenar mi alma eternamente. Saben que ya no soy tan inocente. Que soy irascible y protegeré a quién sea cómo sea. Es eso, no solo quieren impedir que lleguemos. Si los Dioses me condenan, tal vez será demasiado tarde. Y dudo ser capaz de impedirlo por mucho más tiempo.

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