23 jul 2015

¿Y si... fuera real lo vivido?

Las palabras resonaron como si alguien hubiera modificado su garganta para darle eco a sus palabras. Los dos presentes solo pudieron girarse para mirarla, como si estuvieran presenciando algo extraordinario... algo que ni siquiera había llegado.

Ella se tambaleó durante unos segundos, como si fueran a fallar sus piernas. Los dos hicieron amago de aproximarse, pero en su corazón algo les decía que no. Ojos que se oscurecieron en breves instantes, como el que deja caer una gota de tinta en un mar de claridad. Y lo que siguió entonces fue un episodio de violencia que no podía ser entendido para sus víctimas.

El dragón en su forma humana rápidamente fue tumbado hasta rodar por el suelo, y desprendido de su arma apenas pudo reaccionar. La muchacha, armada y con su voluntad sustituida por una ajena y mucho más poderosa, rápidamente se giró.

El tiflin observaba, impávido en apariencia, cómo ella se acercaba. Conocía lo que estaba por venir, sería el castigo a ser impuesto para su desobediencia. No había encontrado el momento, y aquella parecía entonces la oportunidad. Extendió las manos hacia delante, como si se entragara a esa criatura.

No sabía de dónde sacó el valor para dirigirse a ella, pero finalmente habló.

- Sabes mi deseo. Libérala y tendrás mi vida, tal y como quisiste la de Ana.

No hubo respuesta de aquella voz trémula que solo podía adivinar a través de la mujer que le había guiado hacia la deidad. Pero cuando, tras detenerse, sintió el acero atravesar su carne, una gran paz le llenó mientras perdía la vida.

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