18 abr 2011

Ida sin retorno

Una larga aventura recorrida. Grandes obstáculos superados. Todo para nada. Faltaba poco, muy poco para poder partir hacia nuestro destino. ¿O era solo el mío? Los guardias interrumpieron nuestra euforia y de un momento a otro ya me encontraba dentro del barco, mientras veía como Hedrek y Alvin corrían también hacia él. Parecía que estaban a punto de conseguirlo, a Hedrek le estaba costando debido a su herida anterior, y Alvin cargaba con él a duras penas. Hasta que la dichosa flecha disparada por uno de los guardias acertó en la espalda de Alvin, haciendo que ambos cayeran al agua.

El barco se alejaba y yo me veía ahí de pie sin poder hacer nada. Quería tirarme, pero sabía que moriría en el intento. Aunque… ¿qué más me da ahora?

Me encuentro a solas con Ash en uno de los camarotes, bajo la custodia del capitán, a quién no le ha sentado nada bien que una perseguida estuviera entre su tripulación. Al menos pude ver como los sacaban del agua. Al menos están vivos…

Todo es culpa mía, quizá nunca debí meter a ambos en este embrollo. Ahora no sé qué hacer, la oscuridad invade mi mente y no veo ni rastro de luz. Estábamos tan cerca, muchachos, que ahora no sé si quiero continuar con este viaje o dejarme morir en algún lugar remoto.

Y aquí estamos, Ash ha caído dormida después de lloriquear. Aún gimotea en sueños. Mis ojos están tan hinchados y hace que escribir cada palabra sea una tortura. Pero ojalá mi tortura fuese solo por ello.

[Diario VIII]

No hay comentarios:

Publicar un comentario