5 jun 2011

Una pausa

Hemos continuado el viaje. Omitiendo que se nos ha sumado una gata al grupo bastante curiosa (y que espero que no se acerque demasiado a mí) y que bueno, se pueden hacer más cosas de lo que pensaba mientras se mantiene relaciones… llegamos a la ciudad y allí nos hospedamos en una posada para descansar. Me di el baño más largo de la historia, y no me arrepiento. Después dejé a Sol en la habitación ya que Ethan se había ido hacía una hora y conociéndole seguro que estaba liándola por algún sitio.

La ciudad tenía lo que toda ciudad tiene. Mercados, gente con prisas y gente tranquila, tabernas… que curioso: “La puerta al infierno”. Seguro que Ethan estaba ahí dentro. Después de ver a un borracho salir disparado de ahí, y golpear la puerta con algo parecido a una contraseña absurda, entré.

La primera impresión no fue buena. Gente formando corrillos, música que acompañaba al lugar, bebidas corriendo de mano en mano. Era demasiado obvio que ese tipo de gente se reuniera ahí, tanto que era absurdo.

Y después de echar un vistazo encontré a Ethan sentado en la barra. Me pareció ver algo raro en él, supongo que habrían sido imaginaciones mías.

Desde luego era un buen lugar para preguntar por El Muro, y así al menos sabría algo más de él y no me daría tanto… reparo. Ethan fue a preguntar a un tipo extravagante, con cara de pocos amigos y una marca bajo su ojo que me llamó la atención. Permanecí en la barra, y ya que estaba me pedí algo para tomar. Echaba de menos el sabor del alcohol, he de admitir.

Desvié la mirada del lugar donde mantenían su plática con la mala suerte de encontrar al lado mía a un tipo extraño que me miraba… eh, bueno, de forma patética, la verdad. Después de que me sirviera una copa que rechacé y me negara a ir con él, la cosa se puso extraña.

“Pero ¿qué hace? ¿Para qué diantres me está cogiendo del brazo?”

Oh vamos, ni siquiera me había dado cuenta de lo que pretendía, ni tampoco había sido capaz de reaccionar y darle una patada cuando Ethan ya estaba ahí, dándole la paliza de su vida.
Que aburrimiento, yo quería un poco de acción. Me quedé sentada en la barra viendo como ambos peleaban a mis pies, y claro está, ganó Ethan.

Ya tenía algo de información referente a cómo llegar hasta El Muro. La verdad, no sé para qué preguntó eso si ya sabíamos cómo llegar. Conociéndole, seguro que no han hablado de eso.

En fin, vamos a otra taberna… pero antes, Ethan, déjame hacer una pausa para escribir esto antes de que se me olvide… después de la que vamos a pillar.

[Diario XIX]

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