30 jun 2011

Sed de venganza

Es acogedora su mirada, gratificante su sonrisa. Siempre con ese brillo protector que dan a entender siempre los hermanos mayores. Porque bueno, aunque antes era mi hermano, él no lo recordaba y por lo tanto sentía que no era igual. Pero ahora lo siento, aquel lazo familiar que se entrelaza con otro de amistad. En todo lo que llevamos de día no he parado de estar pendiente de él, lo admito. No quiero volver a perderlo, y también deseo recuperar el tiempo perdido.

Sin embargo, Ethan se ha mostrado más… no insoportable, pero algo arisco. Bueno, es lo de siempre, él me suelta un comentario hosco y yo se lo devuelvo hasta que finalmente uno de los dos se queda sin palabras. Aunque solo ha sido eso, normalmente no se queda solo ahí. ¿Habré hecho algo que le resulte molesto? En caso afirmativo sería muy desagradecido por mi parte después de todo lo que ha hecho por mí. Pero ya le preguntaré. Aún no logro comprender cómo ha llegado a importarme tanto, ni tampoco cómo es que cada vez me importa más. Oh, pero no tengo queja alguna, en absoluto.

Sol estuvo durmiendo toda la noche y se “despertó” preguntando repetidas veces qué es lo que pasaba. Supongo que sería inconsciente, y me resultó bastante divertido. Cuando realmente despertó, vi que en su rostro había calado la tinta de lo que fuera que estuviera leyendo o escribiendo la noche anterior. Empecé a leerlo pero al escucharme tapó mi boca rápidamente. Ya suponía que sería un hechizo debido al arcano, y obviamente no iba a terminar de leerlo, tan solo quería que se espabilara. En fin, con él tampoco he hablado demasiado, supongo que he centrado toda mi atención en Iefel.

Ya hemos fijado nuestro siguiente destino. Con un poco de suerte, mi tía ya pensará que estamos muertos, por lo que quizá nadie se moleste en perseguirnos de nuevo. Volveremos a nuestro continente de origen y buscaremos a Dorek, estoy segura de que al ser tan solo un niño su mente no ha tenido más remedio que ser corrompida para encontrar una luz entre toda esta oscuridad. No tenemos nada que ofrecerle, salvo el calor de una familia y quizá aventuras, siempre le han encantado, no puede haber cambiado tanto… ¿no?

Pronto llegaremos, Dorek. Y con un poco de suerte, quizá me llevé a cierta mujer a un lugar donde no traiga más problemas. Esta sed de venganza solo me corromperá a mí.

[Diario XXVI]

2 comentarios:

  1. Recuerda que es un asunto que debemos llevar entre los dos
    · Iefel

    ResponderEliminar
  2. Descuida, juntos rescataremos a Dorek. (Pero no tienes ni idea de que tengo otros planes en los que no figuras *risa malvada*)

    ~Kyra~

    ResponderEliminar