Suerte que escuché el crujir de una rama. Me quedé dormida sobre Iefel, y al despertar vi que ya no estaba. Era tarde, y no sé por qué, tenía un mal presentimiento. Desperté a Ethan y le pregunté, pero no sabía nada. Así que busqué en el bosque. Nunca agradeceré tanto como esa noche el ser una elfa para encontrar sus huellas. Un escalofrío desagradable recorrió todo mi cuerpo al toparme con las piernas de Iefel, colgando de un árbol. Intenté sostenerlo hacia arriba para que pudiera respirar, sin embargo se movía mucho, y apenas pude mantenerlo. Llamé a Ethan, por el colgante y a gritos también. No tardó en llegar y pronto creó una bola de fuego que lanzó a la rama. Mi hermano cayó. No respiraba ni escuché el latir de su corazón. Evité entrar en histeria para intentar reanimarlo, finalmente Ethan utilizó métodos más bruscos para ello.
Estaba vivo, unos segundos más y seguro hubiera muerto. El Destino quiso que despertara, pero evitó que cogiera mi espada para cortar la cuerda. Nunca perdonaría a Iefel su egoísmo, ni tampoco me perdonaría por haber sido la causa de su decisión. Tampoco sabrá cuán decepcionada estoy, pensaba que sería menos cobarde. Pero prefiero simplemente celebrar que no ha ocurrido esa desgracia, y callar esos pensamientos para evitar nuevos intentos.
Al despertar y preguntar si estaba vivo, me dio la espalda para mirar hacia la hoguera. No le reproché su cobardía, sin embargo le abrí mi corazón. Es mi hermano, él ha aceptado todo lo que le he confesado, y además deseo su felicidad. No deja de ser amor, ¿no? Al final ambos terminamos abrazados y llorando. Ahora le debía mi confianza, y tendría que apoyarle en todo lo posible.
¡Oh! Unas cuantas horas después Sol descubrió la marca de su cuello durante el entrenamiento, y le propinó la bofetada que reprimí yo en su momento. Sol por primera vez da muestra de sus pasiones, nunca lo había visto así.
Sin embargo, a pesar de haberlo aceptado, mi razón no para de gritarme que todo aquello está mal y puede acabar en algunas muertes. Incluida la mía por defenderlo. Pero… no puedo evitar sentirme bien cuando veo la sonrisa que nace en sus labios al aparecer su Sol.
[Diario XXXI]
Siempre estás invitada a no reprimir un abrazo
ResponderEliminar· Iefel
Lo siento, ¡estás castigado sin mimos!
ResponderEliminar~Kyra~
Voy a vomitar...
ResponderEliminar- Ethan
Nadie te ha llamado, Ethan
ResponderEliminar.- Sol
¡Pues bien que tú también estás escuchando!
ResponderEliminar- Ethan
¿Vas a vomitar? "Oh Kyra, despierta, quiero casarme contigo, te amo".
ResponderEliminarSois los dos unos cotillas. ¿Qué pasa? ¿No puedo querer a mi hermano?
~Kyra~
¡Eh! ¡Eso era privado!
ResponderEliminar- Ethan
¡Oh! Que pena, nuestra conversación también.
ResponderEliminar~Kyra~
Está bien, lección aprendida...
ResponderEliminar- Ethan
Entonces... ¿puedo volver a hablar?
ResponderEliminar· Iefel
Por supuesto. Te castigaría sin abrazarte, pero sería un castigo para mí, y yo no he hecho nada, así que... te castigo con no decirte todo lo que pienso.
ResponderEliminar~Kyra~
Creo que prefiero saberlo, pero esperaré a que me lo digas
ResponderEliminar· Iefel
Quizá ahora me dé miedo decir algo que provoque un mal peor.
ResponderEliminar~Kyra~
Adelante, pruebalo
ResponderEliminar· Iefel
Lo siento, si quieres saber algo léelo en mi diario... ah no, que no sabes elfo oscuro (mwajajaja).
ResponderEliminar~Kyra~
Bien, ahí me has pillado... Dicen que el saber no ocupa lugar... ¿me enseñarás ese idioma? Prometo no leer tu diario
ResponderEliminar· Iefel
No, prefiero que se quede en nuestro secreto (de Drek y mío). Además, tampoco me creíste en su momento, ¡se siente!
ResponderEliminar~Kyra~
En fin, qué se le va a hacer... Gracias por todo
ResponderEliminar· Iefel
Si quieres que te enseñe el idioma, tendrás que ofrecerme algo a cambio, ¿no?
ResponderEliminar~Kyra~