Escuché unas voces por última vez en toda mi vida. Siempre he querido huir de ellas, y ahora que ya no están, siento un vacío que me deja sin respiración. Me desperté en el frío de un amanecer gris. El agua estaba por todas partes, y la fría roca me atenazaba.
Mis pies descalzos pudieron encontrar de milagro una salida. Estaba en una cueva en la que se encontraban el mar y un acantilado pedregoso. Entre mis lágrimas y mi miedo, solo esperaba morir por la fuerza del agua y la inamovilidad de la piedra. Me desperté agotada en una suave capa de nieve. Estaba viva y lejos de todo lo que estaba en mi memoria.
¿Cómo sobrevivir ahora?
¿Cómo continuar adelante en un mundo tan oscuro, sin una mano guía?
Comencé a caminar con lentitud, totalmente perdida en mis pensamientos. La ausencia de todo lo conocido me hacía temblar, tenía la certeza de que pronto acabarían conmigo
Y las cicatrices... Como si fueran unas segundas venas en mi cuerpo. Aquella tinta negra que me acompaña siempre, como una marca de nacimiento. Duelen a cada latido de mi propio corazón. Casi agradecería que se detuviese y me dejara descansar, pero algo evitaría que perdiese la conciencia mientras muero, e incluso más allá
Delirios. Delirios del hambre, de la soledad y la pérdida de todo lo que para mí era vida
Será interesante escuchar tu historia si algún día decides contárnosla. Mientras tanto, bienvenida a nuestro humilde grupo.
ResponderEliminar~Kyra~