28 may 2011

Nervios... buena descripción para todo esto.

Antes de comenzar a explicar lo que me sucedió estos dos días anteriores, me gustaría dejar bien claro lo nerviosa que estoy. ¿Pero cómo no iba a estarlo? Nunca antes me había sentido así ni… había sido correspondida. Y después de este paréntesis, querido diario, voy a explicar lo que ocurrió.

Sol y yo salimos de la torre, después de algunos imprevistos con una trampilla y agua que al parecer no era de buen augurio, después también de rescatar el diario, de ir al pueblo más cercano y ver como Sol recupera el báculo que tenía otro mago, y de una manera bastante curiosa y cabalgar por el bosque viendo como Ash y Nox se conocía, finalmente llegamos a la cueva donde Ethan y yo estuvimos (y que casi se nos cae encima… bueno, eso pensé) y nos instalamos ahí.

Cuando la noche cayó sobre nosotros y no hubo noticias de Ethan, quise comunicarme con él a pesar de que la última vez que lo hice estaba… ¿luchando por su vida? Aunque después reaccioné de forma extraña, no sabía por qué. Salí de la cueva para mantener una conversación más privada con él, quería sorprenderle con mi llamada, pero fue él quien me sorprendió a mí. Estaba ahí, tras de mí, acariciándome la cintura y susurrándome. Después de intercambiar algunas palabras, soltó: “¿Por qué no lo has hecho ya?” Era curioso, pues yo también me lo había estado preguntando. Vacilé un poco, quería hacerme de rogar, tal vez… o quizá había algo más. Pero le besé, parecía que hacía años que no lo hacía, y era curioso, porque tal vez para él fuera así.

Estuvo contándome algunas cosas del infierno. Aún me impactaba estar enam… hablando civilizadamente con un demonio. Recordé la anterior conversación, y de forma sutil le pregunté “de broma” si había conocido a alguna mujer allí.

-Bueno, estaba en mi palacio tranquilo cuando de repente se me acerca una e intenta seducirme.-Se puso dramático.- Estaba medio desnuda, y se apegó contra mí con esa intención.- Continuó hablando, pero sin saber por qué, un calor recorrió todo mi cuerpo. Dejé de escucharle y me centré en hacer fuerza con mis puños. Era una sensación desagradable, y no entendía bien a qué se debía.

-¿En serio?- Pregunté finalmente.

-Pues… lo de que tengo un palacio es cierto, lo demás no.- Soltó una risa, y aunque me entraron ganas de soltarle yo un guantazo me resistí las ganas. Al menos la sensación desapareció.

Continuamos hablando de trivialidades varias, hasta que concluyó con una pregunta.

-¿Quieres que pase la noche contigo?

-¿Puedes?

-Sí, creo que esta noche me la voy a tomar libre.- Sonrío como solo él sabe hacerlo, con picardía y dulzura a la vez. Creo que él piensa que no capto lo segundo.

Sentí llenarme de gozo al escuchar aquellas palabras. Y bueno, quise aprovechar la noche, y supongo que él también quiso. Así que eso hicimos, aunque esa vez fue diferente.

[…]

Me despertó para despedirse. Me prometió que no tardaría mucho en volver. Al regresar a la cueva, Sol todavía dormía, y yo empecé a preparar el desayuno con ganas. Cuando despertó me miró extrañado, supongo que no me había dado cuenta de lo feliz que estaba y de mi forma de actuar. Estuvimos hablando y supo que había estado con Ethan por el olor de mis ropajes. Un dulce aroma, para mí. Sol quería hablar con Ethan, y bueno, si era lo que quería…

Ethan dijo que vendría a la noche así que Sol y yo pasamos de nuevo todo el día en la cueva. No sé bien por donde fueron los acontecimientos, que finalmente acabamos hablado de él.

-Kyra, ¿estás enamorada?- Me preguntó repentinamente. ¿Lo estaba?

-Pues… no lo sé…

Le expliqué todo lo que había pasado, con Hedrek, con Ethan. Estaba hecha un verdadero lío. Aunque Hedrek fue mi primera vez, nunca antes había manifestado ese tipo de sentimiento hacia alguien. Sol me recomendó que lo pensara, pero ya tenía el cerebro fundido de tanto pensar en ello. Sabía que con Ethan todo era diferente y… Hedrek y yo no estaríamos como al principio debido a los acontecimientos pasados. Tampoco sabía que éramos Ethan y yo, lo cual era más desconcertante aún.

-¿Y por qué no hablas con Ethan?

-Debería, pero… no sé cómo hacerlo.

-Explícale lo que me has contado a mí.

-Sí… lo haré.

El resto del día pasó veloz. Si tenía uñas ya no quedaban, y eso que yo jamás me las había mordido. A la hora de cenar, Sol echó algo que daría “más sabor” a la comida. Pero realmente era un tranquilizante. Ya me lo podría haber dado antes. No tardó en aparecer. Se fueron de la cueva para hablar a solas y yo me quedé ahí, pensando en que decir y hacer. Más tarde, volvió Ethan solo, Sol se había quedado fuera para darnos intimidad.

-Estás nerviosa.- Empezó Ethan. Una gran forma de comenzar poniéndome más nerviosa aún.

-No… solo es que… tenemos que hablar.

-Ah… ¿y bien?- Tenía una expresión curiosa.

-Pues…-“Ve al grano” me dijo una voz en mi cabeza.- Quería saber… eh… ¿Qué somos?

Soltó una palabreja muy irritante y le pegué una bofetada. (Palabra compuesta por amigo y una anterior derivada del acto sexual)

-Es broma… pues, no lo sé.

Le expliqué algunas cosas, pero no sé si me entendió bien.

-Eso quiere decir que me quieres.- Dijo con un tono de broma, como siempre.

-…Sí.- Sus ojos cambiaron de expresión, parecían estar en shock, pero aún así prosiguió.

-Que mal, deberías odiarme.-Quería hablar de forma seria, y con esa misma expresión en mi rostro le confirmé.

-Te quiero.

-Eh… lo… mismo digo.- Parecía avergonzado y ahora pude ver claramente el nerviosismo en sus ojos.

Continuamos hablando, él estaba cada vez más nervioso y yo también, pero menos que cuando estaba a la espera de que viniera.

-¿Quieres ser mi pareja?-Conseguí preguntarle.

-Vaya… nunca pensé que me lo pedirían a mí.- Rió.

-Pues pregúntamelo a mí si quieres.

Y bueno… como ya he mencionado al principio, estoy realmente nerviosa, porque cuando dejamos claro lo que éramos supe que se trataba de algo serio, y yo nunca me había encargado de nada serio. Me siento feliz y consternada también. Me castigó sin pasar la noche conmigo por ponerle nervioso, pero supongo que tendría cosas que hacer. No veo el momento de volver a verle y espero que cuando lo haga no tenga que volver a marcharse.

[Diario XVII]

2 comentarios:

  1. Recuerda, todavía puedes arrepentirte
    - Ethan

    ResponderEliminar
  2. Quizá sea un error precipitarse, pero nunca dará lugar al arrepentimiento.

    ~Kyra~

    ResponderEliminar