16 sept 2015

La fiesta seguía burlando a la oscuridad, al silencio y a la tristeza que de vez en cuando se hacía hueco en aquella celebración. Desde que abandonaran el bosque en aquella hermosa ceremonia, al que se sentía viejo tiflin le costaba aguantar las lágrimas. Las palabras con las que había anunciado a los allí presentes su felicidad habían sido más que sinceras, pero no por ello lamentaba menos haber perdido a una hija que siempre había permanecido a su vera.

Otros manifestaban esa pérdida de otros modos. El dragón contenido en su forma humana se mostraba parco en palabras, sin apenas expresarse más allá de lo que le fuera preguntado de forma directa. Apenas se veia capaz de sonreír cuando su tío se le acercaba con manifiesta alegría, intentando contagiar a los demás de lo que sentía. Los protagonistas de aquella celebración parecían no caber en sí. Aunque con las apariencias cambiadas, ya fuera por mostrarse lo suficiente arreglados para la ocasión o para evitar a los enemigos que se mostraban con sonrisas, seguían siendo ellos. Dos almas unidas que parecían tocarse al fin. Solo ellos podían saber desde hace cuanto se reconocían en la distancia, en lo difuso de lo etéreo.

Bebidas que relajaban la lengua y aletargaban a los más activos no dejaban de correr. Mientras llegaban cada vez más encargos de ese néctar que no debería agotarse jamás, aquel desposeído refugiado entre los que eran sus enemigos, tuvo momento para acercarse a ella y desearle la mejor de las suertes. Huyó antes de que alguien más le viera, antes de que alguien más se detuviera a mirarle.

El amor también imposible se escondía en callejones tras explorar la ciudad. La magia ante tal silencio, tal peligro, en una ciudad que parecía concentrarse únicamente en una plaza era una oportunidad que no podían perder.

Y parecía que, desde un lugar imposible, alguien les observaba. Aquellos que ya no estaban y que por motivos injustos abandonaron la vida. Esas sombras de vidas parecían existir con más fuerza de lo que parecían hacerlo cuando estaban solo en el recuerdo. Y en su breve paso por el mundo de los vivos, también se complacían ante tan grato evento.

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Tanta felicidad no parece posible. No durante demasiado tiempo.
¿Cuál es la sombra que se forma en el horizonte?

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