1 ene 2015

Alguien

Nos estamos dando cuenta de muchas cosas. Nos cuesta mucho aprenderlas, aceptarlas o vivir con ellas. Para mí es difícil aceptar algunas... pero no voy a darle vueltas a eso.
Hay algo que me intriga, que me asusta.

El conocer a esos magos me ha hecho ver con otros ojos no a mi tío Dorek, el Gran Atalaya, sino sus actos. No le culpaba de todo lo que nos hacen a los magos. Es curioso añadirme ahora a ese grupo, pero el Don ha despertado en mí, y no voy a rechazar un don. Al fin y al cabo, también es algo de los Dioses, a pesar de su historia.
Por eso no entiendo por qué estamos castigados.

Y esto va a derramar más sangre si no le ponemos una solución. No quiero que maten a más magos, ni a ninguna persona. Tampoco a mi tío. Todo el mundo puede cambiar, aunque sea difícil. ¿Por qué no iba a poder él?

Les prometí, para ganar tiempo y evitar esa atrocidad, un punto débil de él. Así quizá podrían neutralizarlo sin necesidad de matarlo. Pero no, dudo poder conseguir algo así. Y además, no confío en que lo cumplan.
En cambio, le he estado dando vueltas... he pensando en muchas cosas a partir de todo lo que he estado hablando, discutiendo y viviendo estos días.
Estoy cambiando, el mundo... sigue estancado por culpa de unas normas que no termino de comprender.
Creo que sí hay alguien que puede evitar que asesinen a mi tío. No puedo andarme con rodeos ni planes con gente que no conozco. A mí tío si le conozco, al menos un poco.
Alguien tiene que hablar con él. Alguien tiene que convencerle de que los magos no somos malos. Alguien tiene que hacerle entrar en razón.

Y con todo el temor de mi frágil corazón, me temo que esa persona... soy yo.

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