Quizá me venza la curiosidad, el ansia
de ver más allá, de conseguir nuevas habilidades y alcanzar un
poder que en algún momento dado veo cercano. Y me equivoco,
demasiadas veces, lo sé.
No por olvidar debo haber cambiado.
Según me cuentan, según he leído... siempre he sido así.
Soy consciente de que no pienso mis
acciones, mis palabras antes de llegar a decirlas. Ya hay una voz en
mi cabeza que me exige que piense y piense.
Y otras muchas voces a mi alrededor que
también me lo exigen.
Cuando a una persona le dices que es
mala, o que es torpe... aunque no lo sea tanto, tras repetírselo una
y otra vez, reprochárselo... finalmente lo acaba creyendo, y por ello, actúa tal y como el resto del mundo la ve. Y eso hace
que se sienta peor, y que incluso minen sus esperanzas y su propia
estima al ver que realmente no consigue superarlo.
Sé lo que hago y lo que no hago.
No hace falta que me lo repitan sin
parar... bastante mal me siento ya por ser así.
[Diario III]
[Diario III]
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