29 nov 2016

Volver. Volver para cruzar caminos con aquellos que podían entregarme alguna suerte de felicidad, o al menos, de objetivo con los que enfrentar los días que llegaban.

Había hecho falta mucha reflexión, soledad, llantos. Incluso había tneido que soportar esas voces en mi cabeza que, en la búsqueda de opiniones que me ayudaran a decidir, habían llegado a conclusiones tan terribles que me daban miedo.

"La manipulas"
"La estás utilizando"
"Te hará daño, y tú a ella"

Eso había provocado una rabia tal que ni me reconocía. Ya le había hecho daño, mostrándose como era en realidad. Casi me había llevado la felicidad de Lena en el camino. ¿Qué más daba? ¿Acaso no nos usamos todos para sentirnos mejor? ¿Menos solos?

Lo que experimento ahora es otra clase de soledad. Más intensa. Profunda. Difícil de apagar y que tengo la suerte de que ella entiende, al menos por ahora. Tal vez, si veía mi entrega, entendería. Tal vez, si tenemos éxito en nuestra búsqueda, ella lo perdonará todo.

Falk.

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