Hay una quietud inamovible en el bosque. Todas las criaturas que allí conviven, que se muestran o no a los ojos de los mortales, descansan apaciblemente. Ya no existe el crepúsculo, sino una noche que parece eterna.
Pero hay un lugar, lejos del castillo que parece reinar sobre ese lugar, que desprende luz. Una hoguera da lumbre a su alrededor. Y una figura aguarda, en silencio, oteando a su alrededor. Y esperando a que vuelva aparecer la imagen de aquella muchacha al otro lado de un espejo colocado al pie de una roca. Como una puerta en un lugar imposible, una puerta a una dimensión pequeña, con una única salida.
Y la curiosidad que una vez le enseñaron, como el niño que cruelmente observa como sufre un pequeño animal, se pregunta que ocurriría. Para evitar verse vencido por ella, ha preparado su salida. Porque hay una naturaleza salvaje que se ha impuesto en su interior.
Sigue aguardando a ver su mirada, sus ojos empañados en lágrimas, y una sonrisa triste.
Y la extrañaba. Pero tal y como se había hablado en el castillo... ¿la liberaría para volver a verla sufrir?
29 jun 2013
28 jun 2013
No es momento
No es momento de pensar con el corazón.
Ha ocurrido algo inesperado, que puede ser… el principio del
cambio, de nuestro objetivo que ha venido por sí solo. Sol ha regresado. No sin
antes llevarme un susto de muerte y llorar la supuesta pérdida de Zekkyou.
Cuando vi su cuerpo inerte, sin vida… lo único que pude
sentir era ira y un gran vacío dentro de mí. Se ha convertido en una persona
demasiado importante. No solo porque lo haya dejado todo, incluidos mis
sentimientos, sino… porque estoy conociendo a un hombre que jamás pensé que
encontraría en él.
Y al hilar mis pensamientos en ese arrebato de ira y ver al
mismo tiempo a Sol, temí que fuera el mismo quién lo había matado. Pero me
resistí a atacarle, porque… al fin y al cabo, ¡Sol es muy importante para mí!
Luego comprendí que Zekkyou tan solo utilizó una marioneta
para que, esa sombra que resultó ser nuestro Maestro, se despistara. Al igual
que hizo conmigo para fingir mi muerte.
Ahora estamos de nuevo trece. Sol ha encontrado a Aeryn, y
se mantiene en el bosque, quizá intentando liberarla, o quizá no.
He hablado con Zekkyou, sin poder evitar fijarme en su comportamiento
hacia mí. Recordando lo que sentí cuando pensé que… me había dejado sola. “Hormigueo
en el estómago”, curiosa descripción para lo que siente. ¿Es algo parecido lo
que siento yo?
¿Pero qué digo?
No es momento de pensar con el corazón.
[Diario VI]
16 jun 2013
Siguiente paso
Poco a poco, me voy acostumbrando a
estar aquí, con Zekkyou, sus sombras y sus peticiones extrañas.
Fuimos a Argonath para encontrar personas solitarias, secuestrarlas y
esclavizarlas en su castillo. Sí... así de sencillo. Fue un trabajo
fácil, una pequeña prueba.
Al regresar estuve entrenando, un poco
fuera de lugar al principio. No terminaba de adaptarme, de sentirme
cómoda aquí. Pero es natural... al fin y al cabo lo he dejado todo
por esto. No quiero arrepentirme.
He intentado dejar de ser tan... amable
con los nuevos sirvientes y creo que a estas alturas ya me tendrán
un poco de miedo. Pero la verdad es que sabe bien esto de ser de “los
malos”, como dice el pequeño nuevo discípulo de Zekkyou.
Estuvimos planeando cómo podríamos
traer a Sol hasta aquí. Ya que no podía despertarse, pensamos en la
opción de traerlo a la fuerza, sin embargo, al observarle... resultó
ser que se había despertado. Que extraño, ¿por qué ahora?
Así que él convocó al resto del Sol
Negro para planear nuestro siguiente paso. La noticia de que había
despertado no sentó muy bien, algunos incluso sintieron miedo. No
sabemos si Sol nos ignorará, se intentará unir a nosotros o
intentará matarnos. Por lo que... dos de las personas con las que él
tenía más confianza, irán a hablar con él mientras nosotros
vigilamos de cerca.
Ya me entusiasma, en parte, la idea de
movernos al fin. Me gustaría poder ayudar a resurgir de las cenizas.
No puedo desconfiar de ellos, se han mostrado ante mí tal y como
son. Quiero creer que así es.
Y mientras planeamos lo que ocurrirá,
lo mejor será fortalecer y entrenar mis nuevas habilidades. No
comprendo del todo por qué puedo volver a controlar el poder del
fuego, pero... no me quejo.
Y viajar entre portales será una tarea
compleja, mas... los objetivos se alcanzan con esfuerzo, y al menos
esta vez, tengo algo por lo que esforzarme.
[Diario V]
9 jun 2013
Habíamos cometido un pequeño error, una mísera metedura de pata. La solución sería sencilla, si la noticia de que habíamos regresado no hubiera volado como los sórdidos cotilleos corren por la corte que rodea al Emperador. Volveríamos a desaparecer, volveríamos a ser invisibles.
Nuestra entrada en el palacio había pasado inadvertida, refugiados por el bibliotecario que ocultaba un terrible hechicero bajo esa apariencia de piel de pergamino. Inofensivo, pero efectivo. Y ahí, escondidos para todos, fue el momento en el que escuché todo lo necesario para nuestro siguiente paso.
- Mira, lee... La orden del Sol Negro es una ambiciosa organización de magos... que durante mucho tiempo han buscado el poder y escalar sobre otros...
- Parecen peligrosos... ¿cómo podemos unirnos a ellos?
Y ese fue el momento. Glorioso, delicioso. Reconocía aquella voz, su eco todavía resuena entre las vacías habitaciones de un palacio que se cobija bajo un eterno crepúsculo.
El resto aceptaría una nueva incorporación. Una rivalidad que se tornaba en amistad. Un nuevo empuje para nuestro regreso de entre las cenizas
Lo que estoy haciendo.
Lo que he hecho.
Lo que debí o no debí hacer.
Dónde estoy.
A quién sigo, a quién he dejado
atrás.
Todo eso ahora... no importa.
He dejado atrás todo, absolutamente
todo. Para acabar aliada con personas que un día intentaron matarme
a mí y a quienes consideraba mi familia...
Lo he recordado todo también, sin
embargo decidí cortar de raíz todo tipo de recuerdos o sentimientos
que pudieran provocarme un dolor punzante en el corazón. Constante.
Ya apenas recuerdo los rostros, las
miradas... he muerto para siempre. He empezado de cero, y mi familia
también.
Muerta. Así me creen. Será menos
doloroso y menos esperanzador para ellos. Porque yo... no siento nada
ya. Ni siquiera lo poco que pude llegar a sentir cuando me reencontré
con ellos.
Ahora pertenezco a un nuevo lugar, a
una nueva causa. Sin líderes, por el momento. Decisiones que se
toman entre todos, verdades que se muestran sobre la mesa. Nada que
ocultar. O eso quiero creer. Quizá las cosas no sean como me las han
mostrado. Pero necesito confiar en alguien, si no... acabaré por
volverme loca.
Aquí estamos, en este crepúsculo
permanente. Nosotros, el Sol Negro.
En el fondo... sabía que algún día
tenía que ocurrir.
[Diario IV]
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