7 jun 2012

Regreso

Veo casi con hostilidad la ciudad que me acogió en su seno durante tantos años. No es culpa mía, la pobreza del lugar no es capaz de reflejar algo más que eso. Aquellos que gobiernan no saben, ni siquiera se preocupan de lo que ocurre bajo la nube de riqueza e indiferencia.

Al principio solo quería recuperar lo que es mío. Ahora quiero ayudar a toda esta pobre gente que ha caído en la más profunda miseria. Hay grandes diferencias dependiendo de la zona.
Nunca imaginé que alguien se mantendría fiel a mi persona, o a la de cualquiera que nosotros. Pensé que nos repudiarían y nos odiarían por haberlos abandonado o incluso por ese falso rumor de traición.

No puedo evitar imaginarme al mando de una revolución, y después siendo yo quien mantenga el equilibrio en la ciudad. Mi propia ambición me induce hasta tal punto que quiero no solo recuperar lo que me pertenece por derecho, sino poder manejarlo a mi antojo, por el bien de unos ciudadanos que quizá algún día me respeten y reconozcan mi trabajo.

Si es que no puedo evitarlo... se me suben los humos.

[Nuevo diario XVI]

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