26 abr 2010

Seis en una

Despierto y la única cosa que me da los buenos días es mi horrible dolor de espalda. La cama me ha destrozado por completo. Como de costumbre, me levanto temprano, así que voy a la ducha. Congelada. De nuevo me quejo del presupuesto que he tenido que pagar para esto...de la habitación contigua oigo quejas y golpes, por ello, decido que lo mejor es que me quede callado.
El agua fría alivia el dolor de espalda y también me despierta del todo.

Gruñidos. Mi estómago reclama combustible. Salgo de mi habitación y en el camino que hago desde ella hasta la salida no encuentro a nadie. Mientras camino, reflexiono de que debería buscarme un empleo, pues me queda poco dinero. Decido que lo mejor será buscar un periódico, y no comprarlo, porque sería otro gasto absurdo. Voy a la cafetería más cercana y una chica...joven, pelirroja de ojos verdes me toma nota. Me doy cuenta de que me mira de arriba a abajo, pero me hago el interesante haciéndola creer que no me doy cuenta. Tomo un café y un sandwich que de momento me dejan satisfecho. Miro a la mesa que está al frente y...¡un periódico!
Me levanto rápidamente, lo cojo y me vuelvo a sentar.
Noticias aburridas, típicas...una falta de higiene en un barrio...que asco de gente.
Sección de empleo. Encuentro de todo un poco, pero lo que más me llama la atención es una mudanza. En el árticulo se refleja una dirección y un número de teléfono. Decido llamar.

-¿Dígame?-Contesta una voz.

-Buenas.-Digo.

-¿Quién es?

-Le llamo por una oferta de empleo, ¿sigue disponible?

-¡Oh! Claro, claro. Sí, una mudanza. ¿Está usted capacitado para ello?

-Cuando me vea verá usted que si.-Río.

Me da una dirección y me indica que esté a las doce en ella. Me da las gracias y cuelga.

Termino el desayuno y pago. Le dejo mi número de teléfono al lado de la cuenta a la camarera, que me mira y me guiña, a lo que yo sonrío.
Doy un largo paseo, hasta poco antes de las doce.

Quiero ser puntual, así que me dirijo hacia la dirección que me han indicado. En el camino choco contra alguien. Veo a una chica, pelo negro con puntas rebeldes, ojos azules y...en resumen, que está muy buena.

-Perdón.-Digo, intentando ser cortés.

Me lanza una mirada asesina. Algo me dice que no tiene un buen día. Se da la vuelta y suelto:

-Maciza.

Eso la mosquea, porque se da la vuelta y me mira ahora con ojos asesinos.

-¿Q-u-é-m-e-h-a-s-l-l-a-m-a-d-o?-Gruñe.

-Nada, solo comentaba lo buena que estás.-Le guiño y me marcho.

Al llegar a mi objetivo, me encuentro de nuevo con la muchacha, que me mira y me pregunta:

-¿Qué haces aquí?

-Me han dado esta dirección para un trabajo en mudanzas...¿es tu casa?

-Si...-Resopla.-Bueno, no me molestes.

Un hombre...bastante atractivo me pregunta si soy el de la mudanza, a lo que asiento. Me da las llaves de la casa y me indica que hacer. Lo normal, llevar cajas a una casa, que si no.
Termino mi jornada sin chaqueta y bastante sudado. La chica de antes me está mirando.

-Perdona, ¿me puedes dar un vaso de agua, por favor?-Le pido.

-Sí.-Dice secamente. Va a la cocina y me sirve un vaso de agua de grifo. Casi parece que está caliente, pero me sienta de maravilla. De pronto, un gato se me pone de frente, causando que el vaso derrame el agua sobre mi camiseta. Me viene bien, pues tengo bastante calor. La chica acaricia al gato, y este, se enfurruña mirándome.

-Bueno, yo me marcho ya.-Digo.

-¿Quieres una camiseta de mi padre? Hace frío.-Dice algo menos borde...pero sin exagerar.

-No, gracias, estoy bastante calient...quiero decir, que tengo calor.

Luego ella me pide ayuda con sus deberes de física. Le digo que podría ayudarla con otro tipo de física, y al preguntarme cuál de forma tan inocente, le respondo que de física cuántica. Por desgracia es esa la que está dando, y le digo que estoy muy cansado. Después de eso, me voy.
Antes de irme, la chica me persigue y me dice que tengo las llaves de su casa, las saco y se las doy sin rechistar.

Antes de llegar al motel, decido dar un paseo. Mi móvil empieza a sonar. ¿Será la pelirroja?

-¿Sí?

-Me aburro.-Responde una voz femenina.

-¿Quién eres?-Pregunto extrañado.

-Pues...chica borde que...-Empieza a hablar.

Ah venga! La de la mudanza.-Acierto.

-Sí.

-¿Y qué quieres?

-Me aburro.

-¿Qué quieres que le haga?

-¿Damos una vuelta?

-Uhm...está bien...

-¿Dónde?

-Te recojo.

-Vale, hasta ahora.-Cuelga.

Esta chica es muy rara. Me quedo extrañado, pero voy a su casa. La veo vestida de una forma bastante...inusual. Pero si es su estilo no me voy a quejar. Si no, miradme a mi.

-¿Por qué me has llamado?

-Me aburro.-Dice.

-¿Y no tienes más amigos?

-Bueee...¿A dónde vamos?

-Tú te conoces esto mejor, donde tu quieras.

-Antes de nada, creo que no estaría nada mal que me dijeras tu nombre.

-Alexia...Alex para los amigos. ¿El tuyo?

-Jack...y no lo disminuyo más porque bastante corto es ya.

-¿Cuánto tiempo llevar aquí?

-Desde la noche pasada, me hospedo en un motel de mala muerte...pero al menos hay cama.

-Que cutre...-Duda un momento.-Mira, te voy a ser sincera. Te he llamado porque hace tiempo que no follo, y tú eres el primer tío bueno que se me ha cruzado y me ha hablado, porque los de mi clase...casi que no. Enton...-Sigue hablando, pero la atraigo hacia mí y la beso.

Nos empezamos a calentar. Bueno, aunque no sea pelirroja esta también está bien. Luego me comenta que tiene diecisiete años, yo tengo veinticinco (hace la gran rima), y le digo que después no diga nada que pueda afectarme.
Llegamos al motel y nos metemos en mi habitación. La lanzo a la cama y comenzamos a desnudarnos mutuamente. Por suerte tengo bastante protección para las seis veces que lo hacemos...algo heroico, pero es que soy yo. Al terminar el último, ella me aparta bruscamente y me saca el "chubasquero". Se pone histérica y me lo muestra. Caen gotitas.

Ella casi se pone a gritar, va al baño y se da con la ducha en sus partes íntimas. Yo me visto y bajo a la farmacia más cercana. Al subir la veo haciendo lo mismo.

-Histérica.

-¡Calla!

-Toma, coño mojado.-Le extiendo la pastilla.

Se la toma. Parece más calmada ahora. Me tumbo en la cama, y me quedo dormido...

Ah! ¿Qué coño haces?-Me despierta con un golpe en una zona bastante delicada.

-Esto por todo lo que me has hecho.

-Pues tú bien que lo has disfrutado, nena.

-¡No me llames nena! Me voy. Adios.

-Adios, nena.-Le digo.

Veo como se marcha enfurruñada y después caigo rendido.

3 comentarios:

  1. Lamento la interrupción del teléfono, la verdad es que me hubiera gustado prolongarlo más :3 La próxima vez jugaremos más ^^

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  2. Me parece genial ^^
    Al menos no nos dejó a medias xDDD
    Gracias por la partida, y a ambas, gracias por el día tan maravilloso ^^

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  3. Gracias a vosotras ^^
    Espero que juguemos más, que quiero ver si la píldora funciona o no! ò.ó xD
    Y creo que esta va a ser una partida que va a dar mucho que hablar! e.e xD

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