22 oct 2011

Algunas respuestas

Fue dura la despedida, pero dulce el camino y la llegada. De Luna de Miel, ¿quién me lo diría? Esperaba que fuera un mes tranquilo y normal, pero eso hubiera sido demasiado aburrido.
Llegamos a un pueblo extraño al igual que sus gentes. Me llamó la atención una fuente de la que pedí información dado su misterio. El pregonero simplemente me dijo que era un adorno. Aunque para ser un adorno, al tirar la moneda y pedir un deseo vi la imagen de un niño cogiendo la moneda. Si eso era raro, lo fue más aún el linchamiento que hubo después, del pueblo en mi contra.
Todo se volvió oscuro.

Desperté en una preciosa celda a la que solo le faltaban las ratas... y el que pensé que sería el guardia era tan agradable como el lugar. Estuve hablando con otra elfa que también estaba encerrada, y descubrí que había otra mujer ahí, pero inconsciente. El pregonero/alcalde llegó y solicitó que nos cogieran a mí y a la otra mujer. Cual fue mi sorpresa al descubrir a la misma que estaba en la cueva subterránea y a la que di por muerta al destruir el espejo. Fue un alivio y a la vez un mar de dudas.

Cuando descubrí que nos llevaban a quemar cuales brujas decidí llevar a cabo mi plan
improvisado que consistía simplemente en quemar mis cuerdas y sosprenderlos a todos. Después liberé a la mujer, que ya había sido atada en su respectivo "quema-brujas-sin-sentido". Claro que no sin antes quemarle la cara a aquel tipo que inspeccionaba nuestras celdas.

En fin, después de todo eso huimos, pues de repente me di cuenta de que había provocado un incendio que afectó a todo el pueblo. Todo era perfecto, sí, pero... ¿dónde se había metido Ethan?
En mi espejo pude ver al niño, el cual había decidido asignarse un pequeño juguete a cambio de haber quemado su casa.
Aquella mujer transmitía paz, incluso la contagiaba. Así que tranquilamente volví al pueblo y recuperé fácilmente lo que es mío.
Por fin estábamos juntos, y por alguna razón que no acabo de comprender, me siento impulsada a proteger de alguna forma a la mujer. Parece que con un soplido puede llegar a romperse en mil pedazos. Así que... es hora de desvelar nuevos misterios.

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Ya ha pasado mi ataque de celos. Mi diario se ha quedado con menos páginas, aunque
algo ha quedado escrito entre alguna de ellas sobre eso en cuestión. De momento tan s
olo quiero hablar de lo ocurrido después de aquello.

Volví del bosque, y la escena que encontré al regresar a la cabaña fue la de ella, frágil, en los brazos de un hombre que inspiraba desconfianza. Deseoso quizá de dar un beso a quien no le corresponde.
Fui en su ayuda, y... ¡sorpresa! ahí teníamos a otro mago del Sol Negro, que no tardó demasiado en librarse de mí y encerrarme en una prisión de fuego. Aunque más fuego había dentro de mí en aquel instante. Lo mas extrañó fue cuando simplemente rozó los labos de ella y desapareció junto con mi pequeña prisión.

Más tarde, al dejarla descansar en su habitación, decidí que era el momento de respuestas. Me abrió su corazón, me explicó que su padre es el líder del Sol Negro (bueno, es quien la ayudó en un momento de su vida, por lo que no es su auténtico padre, afortunadamente) y que el hombre de antes es un amante del pasado que no soportó que se enamorase del hombre que vi tras el espejo. Al parecer su padre no vio mal el permitir que él matara al hombre que amaba.
Sí, todo eso la convierte en nuestra aliada.
Pero a mi estas historias me hierven la sangre.



[Diario XLVIII]


















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