Recuerdo cuando escribía relatos
interminables que me desahogaban y me quitaban el sueño al mismo
tiempo.
Antaño tenía muchas cosas que contar,
muchos sentimientos y aventuras. Pero en este tiempo he sentido mi
vida estancada, vacía.
Me he vuelto a enamorar. Sé que no es
tan intenso como... cuando lo amaba a él. Ni siquiera recuerdo cómo
era, y a veces, aunque no extraño esas emociones, las siento lejos,
ajenas a mí. Como si jamás hubiese vivido todas esas aventuras.
Soy cobarde, no sería capaz de pedir
que me regresaran todo aquello a mi alma. Más bien, que me
devolvieran ese pedazo del alma que pedí que me arrebataran.
Pero no estoy mal, al fin y al cabo es
lo que quería.
Aunque no es tan intenso, y no estoy
segura de que llegue muy lejos, puedo volver a sentir ese calor en el
pecho, unos brazos que me rodean por la noche. Somos muy diferentes,
lo opuesto. Dicen que eso es lo que atrae de la otra persona, pero
creo que pertenecemos a mundos completamente paralelos.
Quiero luchar, intentarlo. Hemos
partido en busca de aventuras que solo yo ansío. Y de nuevo arrastro
a personas detrás de mí.
Ahora navegamos hacia Dalanvor, en un
viaje aparentemente pacífico.
He visto una sombra. He oído cómo
decía “por fin”. La he observado mientras intentaba subir por la
cubierta del barco.
Pero solo son leyendas, mi mente me
está jugando malas pasadas.
O no.
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