21 ago 2013

Si desaparecieran...

Ahora que había encontrado un lugar en el cual mantenerme, había planeado negocios, maneras de conseguir un tratado de comercio, guardias para el pequeño pueblo que se mantiene debajo de mi inmenso castillo... parecía que empezaban a ocurrir problemas.
Una nueva emoción, un misterio que resolver.
Una extraña sombra que bordeaba la montaña de enfrente.

Acudí hacia allá, con Sol como compañero. No fue fácil, antes de poder averiguar nada un enorme oso nos atacó y debilitó nuestras fuerzas. Él casi no lo cuenta, pero por suerte regresamos a tiempo a mi castillo.
Estuve enferma, curándome de mis heridas. Entre tanto... Zekkyou vino a visitarme, aún afectado por las heridas de las lanzas. Pero el muy cabezota quería verme, e insistía en que hubiera algo más entre nosotros que simple amistad.
Parece no entender, parece no querer comprender que me he hecho tanto daño a mí misma y a mi alrededor que esa idea ha quedado descartada desde un principio.

Una vez recuperada, viendo que más personas se veían afectadas por esa extraña sustancia negra, lo que fuera... regresé a la montaña, en esa ocasión con Zekkyou, que ya se había recuperado por completo.

Viajamos durante casi un día entero, escalando a la cima de la montaña cuando pude ver que era ahí donde nacía ese misterio.
Seguimos hablando, tan insistente. Ya casi me quedaba sin argumentos, parecía que el más importante no era suficiente para él. Pero aún así, no he desistido.
Llegamos a la cima y vimos... un extraño altar con velas de fuego negro. ¿Invocaciones? No pude averiguar mucho más de él, pues dos enormes lobos comenzaron a atacarnos. Conseguimos vencerlos, pero yo ya no pude continuar...

Desperté, no sé cuánto tiempo después, en el Bosque Crepúsculo. Echaba mucho de menos ese lugar, y no quería marcharme de nuevo. Pero lo hice, cuando me encontré mejor.

Estúpida, cabezota, arrogante... ¿cuándo entenderás que en realidad no quieres separarte de su lado?

Pero él ya lo había decidido, entre los dos, cuando hablábamos sin llegar a una conclusión exacta. No volvería a verlo en largo tiempo.
No quería, pero en el fondo sabía que era lo mejor para él.
Y aquel beso de despedida... pensé que sería lo único que obtendría de él en mucho tiempo.

Y sin embargo, acaba de marcharse. Mientras preparaba a los muchachos del pueblo y seleccionaba a unos pocos para que me acompañaran a encontrar a la persona que invocaba en la montaña... él estaba a mi lado.
Dijo que no lo vería en mucho tiempo, y de pronto... lo veo de nuevo en mi castillo. Sol lo había solicitado, y yo de nuevo tenía que verlo.

Se pregunta por qué lo evité, probablemente le duela que lo hiciera. Pero... ¿qué si no? La noche anterior nos despedimos como si no nos fuésemos a ver en mucho tiempo, y a la mañana siguiente ahí estaba de nuevo... pero con el recuerdo de aquel beso que nos dimos.

Al menos... conseguí solucionar el problema. Entregué a mi Maestro a la mujer que se encargaba de crear la discordia, una bruja.
Y Zekkyou volvió a marcharse, sintiendo una emoción más fuerte antes de caer en el portal.

Ahora... me pregunto cuándo volveré a verlo. Y si seguiré viéndome capaz de continuar reprimiendo mis sentimientos. 

Preguntándome... qué ocurriría si desaparecieran para siempre.

[Diario IX]

1 comentario:

  1. Quería sentir algo más fuerte que el dolor antes de separarme de ti. Dile a Aeryn que lamento su desmayo.

    - Z

    ResponderEliminar