Ahora que había encontrado un lugar en
el cual mantenerme, había planeado negocios, maneras de conseguir un
tratado de comercio, guardias para el pequeño pueblo que se mantiene
debajo de mi inmenso castillo... parecía que empezaban a ocurrir
problemas.
Una nueva emoción, un misterio que
resolver.
Una extraña sombra que bordeaba la
montaña de enfrente.
Acudí hacia allá, con Sol como
compañero. No fue fácil, antes de poder averiguar nada un enorme
oso nos atacó y debilitó nuestras fuerzas. Él casi no lo cuenta,
pero por suerte regresamos a tiempo a mi castillo.
Estuve enferma, curándome de mis
heridas. Entre tanto... Zekkyou vino a visitarme, aún afectado por
las heridas de las lanzas. Pero el muy cabezota quería verme, e
insistía en que hubiera algo más entre nosotros que simple amistad.
Parece no entender, parece no querer
comprender que me he hecho tanto daño a mí misma y a mi alrededor que esa
idea ha quedado descartada desde un principio.
Una vez recuperada, viendo que más
personas se veían afectadas por esa extraña sustancia negra, lo que
fuera... regresé a la montaña, en esa ocasión con Zekkyou, que ya
se había recuperado por completo.
Viajamos durante casi un día entero,
escalando a la cima de la montaña cuando pude ver que era ahí donde
nacía ese misterio.
Seguimos hablando, tan insistente. Ya
casi me quedaba sin argumentos, parecía que el más importante no
era suficiente para él. Pero aún así, no he desistido.
Llegamos a la cima y vimos... un
extraño altar con velas de fuego negro. ¿Invocaciones? No pude
averiguar mucho más de él, pues dos enormes lobos comenzaron a
atacarnos. Conseguimos vencerlos, pero yo ya no pude continuar...
Desperté, no sé cuánto tiempo
después, en el Bosque Crepúsculo. Echaba mucho de menos ese lugar,
y no quería marcharme de nuevo. Pero lo hice, cuando me encontré
mejor.
Estúpida, cabezota, arrogante...
¿cuándo entenderás que en realidad no quieres separarte de su
lado?
Pero él ya lo había decidido, entre
los dos, cuando hablábamos sin llegar a una conclusión exacta. No
volvería a verlo en largo tiempo.
No quería, pero en el fondo sabía que
era lo mejor para él.
Y aquel beso de despedida... pensé que
sería lo único que obtendría de él en mucho tiempo.
Y sin embargo, acaba de marcharse.
Mientras preparaba a los muchachos del pueblo y seleccionaba a unos
pocos para que me acompañaran a encontrar a la persona que invocaba
en la montaña... él estaba a mi lado.
Dijo que no lo vería en mucho tiempo,
y de pronto... lo veo de nuevo en mi castillo. Sol lo había
solicitado, y yo de nuevo tenía que verlo.
Se pregunta por qué lo evité,
probablemente le duela que lo hiciera. Pero... ¿qué si no? La noche
anterior nos despedimos como si no nos fuésemos a ver en mucho
tiempo, y a la mañana siguiente ahí estaba de nuevo... pero con el
recuerdo de aquel beso que nos dimos.
Al menos... conseguí solucionar el
problema. Entregué a mi Maestro a la mujer que se encargaba de crear
la discordia, una bruja.
Y Zekkyou volvió a marcharse,
sintiendo una emoción más fuerte antes de caer en el portal.
Ahora... me pregunto cuándo volveré a
verlo. Y si seguiré viéndome capaz de continuar reprimiendo mis
sentimientos.
Preguntándome... qué ocurriría si desaparecieran para
siempre.
[Diario IX]
Quería sentir algo más fuerte que el dolor antes de separarme de ti. Dile a Aeryn que lamento su desmayo.
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