Todavía recuerdo las columnas de humo, los gritos y el fuego. La guerra que casi destruye mi mundo, a las personas que perdí y que volví a recuperar. Mis dos hermanos lucharon y casi pierden la vida en una batalla que no les correspondía a ellos. Y yo no pude hacer más que observar desde mi torre de marfil, intocable e insensible como siempre me querían hacer ver.
Y todavía sigue sin aparecer. Al menos puedo cuidar de uno de ellos. Iefel...
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... he decidido esperar. Pacíficamente, en un pequeño pueblo, uno que posiblemente acabe convertido en ciudad. Es alegre y está en auge. Con el movimiento y la vida suficiente como para olvidar todo lo que tuve que ver en la guerra. Sol sigue sin despertar, pero a veces responde al tacto. Mueve los dedos, a veces parece sonreír. Otras veces sueño que se despierta y viene a despertarme de un largo sueño.
Me gustaría poder ver el futuro para evitarlo. Para evitar que ella desapareciese, el no saber siquiera de su suerte. Recibo cartas de Dorek, preguntándome por las nuevas que me llegan. Pero nada. Y también, quizás para evitar desaparecer, las recibo de Ethan...
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... a veces olvido donde estoy, por donde camino. El mapa en mis manos, de tantas veces que es consultado, casi me parece obsoleto. Y no la encuentro. Allá por donde camino, no consigo dar con ella. Y se despierta en mí un miedo ante la inmensidad de no poder hacerlo nunca. Es un abismo que me supera, por eso no puedo rendirme todavía.
Para restaurarle lo que no le di, lo que no pudimos vivir, la tranquilidad o intranquilidad que ella deseaba. Nuestro camino por recorrer
28 feb 2013
Mi pequeño mundo
Apenas he oído hablar de él.
El Muro... es tan inmenso que no se
sabe dónde empieza y dónde acaba. Ojalá tuviera un lugar donde
escribir mis pensamientos, mis sensaciones... de momento me limito a
pensar. A pesar de que, supuestamente, en el pasado me adentré en
los bosques que se espesa cada vez más tras el Muro, tengo miedo.
Miedo a morir... pero ese es uno de mis
terrores más leves. Miedo a perder lo poco que he conseguido crear,
mis pocos amigos, casi hermanos. Quiero protegerlos, y ojalá supiera
cual es el nivel de mis capacidades para estar más segura de mí
misma.
Nara, con su calidez. Kyle con su
malhumor, pero también su protección. Y Alphonse... simplemente
Alphonse, con su capacidad de sacarme de mis casillas.
Son pocos, pero ese poco constituye
ahora mí mundo, mi estabilidad, mis deseos. Mis ganas de salir con
vida de esta terrible oscuridad.
K.
6 feb 2013
Respuestas extrañas
El tiempo ha pasado. Aún no he
recuperado mis recuerdos, pero he encontrado un pequeño soplo de
vida que me ha explicado quién soy. Pero... ¿cómo voy a creer
a un ratoncito?
Es decir... ¿yo? ¿Kyra?
Me hablaron de ella tantas veces y
tanta gente. Es una elfa un poco... extraña. Viaja de un lado para
otro, al parecer tuvo tratos con demonios, ¡incluso robo un huevo de
dragón! Según el ratón, ese demonio, que es en realidad un humano
con sangre de demonio, además es mi marido. Si hubiera sido un
demonio, entonces sí que no estaría dispuesta a encontrarme con él.
¿Y el dragón es mi hijo? ¡Esto es de
locos! Incluso tengo otra hija, pero esa si que es mía y del tiflin.
Realmente no me lo creo... no soy como
la mujer de esas historias que en ocasiones exageran, esa mujer
valiente y segura de sí misma, llena de recuerdos, de una vida de
aventuras.
¿Cómo podía tener tantas aventuras
al mismo tiempo que una familia? Parece tan... incompatible.
Aunque es esperanzador... pensar en que
alguien, en alguna parte, te está buscando. Y también es terrible
pensar que realmente el mundo te ha olvidado, que la guerra se lo ha
llevado todo.
Pero si alguien me encuentra... ¿qué
significará?
Quizá no deba recordar, puede que
olvidar fuera un remedio. Puede que... hubiera algo que el Destino no
quería que recordara. O puede que simplemente fuera mala suerte,
¿no?
K.
Buscando una luz
Desperté. No se escuchaba nada. Tendido en el suelo, dolorido y sangrando, sentía el frío de una noche que había caído sobre nosotros. Era una batalla. Nunca había presenciado una, no era ningún soldado. Pero había derramado sangre en la ira y en mi instinto de aferrarme a la vida.
Se escuchaban los lamentos de los que habían ido a llorar a sus muertos en el campo. Busqué por todos lados. No había por donde empezar a buscar entre toda aquella multitud. El agotamiento me había vencido y los perdí de vista. No podía siquiera llorar de rabia por mi estúpido error.
Y ahora sigo buscandola. Espero, por los Dioses, que ella también me busque. Por nada del mundo quería esto, por nada del mundo lo hubiera elegido. Ojalá pudiera volver atrás, y no perderla ni un segundo. Protegerla con mi vida. Entregarle la oportunidad de vivir la vida que ella escogiese, la seguiría a cualquier lado.
Se escuchaban los lamentos de los que habían ido a llorar a sus muertos en el campo. Busqué por todos lados. No había por donde empezar a buscar entre toda aquella multitud. El agotamiento me había vencido y los perdí de vista. No podía siquiera llorar de rabia por mi estúpido error.
Y ahora sigo buscandola. Espero, por los Dioses, que ella también me busque. Por nada del mundo quería esto, por nada del mundo lo hubiera elegido. Ojalá pudiera volver atrás, y no perderla ni un segundo. Protegerla con mi vida. Entregarle la oportunidad de vivir la vida que ella escogiese, la seguiría a cualquier lado.
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